C A N T O VIII

  

Sucede en la corte un nuevo caso acerca de la quadrilla de Achiles, en la divisa de los escudos, y cuéntase el sucesso. Fue herido Silvero, aunque no muerto, y quedó Brumoldo herido en la plaça. Entra un nuevo cavallero aventurero con un sabio en su compañía, que es el del Fénix, el qual desafía a Brumoldo en defensa de Laurisa.

 

  

NO ay hombre tan perverso y tan malvado
que no piense fundarse en la justicia,
y, aunque se vea de muchos condenado,
que no tenga por justa su injusticia;
porque, quando con vicio y con pecado
el ánimo del hombre se desquicia,
queda ciego y no puede ver lo bueno
ni admite el desengaño el torpe seno.
 
El desleal, el falso, el avariento,
el injusto, el malvado, el fementido...,
todos piensan que aciertan en su intento
y defienden doquiera su partido.
Y lo mesmo sucede en nuestro cuento
a Brumoldo, arrogante y atrevido,
pues, porque aquellas bodas no se hizieron,
dize que más que muerte merecieron.
 
Y no sólo lo dize assí, y lo entiende,
mas aun con duras armas lo sustenta
y salir con devido honor pretende
teniendo por famosa tal afrenta.
A su valor y esfuerço sólo atiende
y ningún cavallero le amedrenta, 
porque tiene por justa su querella
y entiende, a campo abierto, defendella.
 
Es ceguedad que con los vicios anda
como por compañera y su allegada,
que a la maldad más torpe y más nefanda
haze digna de ser reverenciada.
No quiero tratar más desta demanda,
sino seguir la historia començada,
que, si dezir hubiesse lo que siento,
un año no bastara, diez ni ciento.
 
Ya la Aurora, con rostro vergonçoso,
a la puerta de Oriente se asomava,
y, con arte y dibuxo milagroso,
las pardas nuves con primor bordava.
El rostro de la Tetis, tenebroso,
hazia el negro poniente ahüyentava,
quando salen a campo los guerreros
en dos fuertes cavallos, y ligeros,
 
de sus luzientes armas arreados (1)
(aunque más de braveza y gallardía),
en sóla su destreza confiados,
que qualquiera sin duda la tenía.
Salió el rey y su corte a los tablados,
y Rosania y las damas que allí avía;
Sacridea también, y la donzella
que tiene de Brumoldo la querella.
 
No ay dama ni animoso cavallero
que, oyendo la maldad, no se moviesse
contra el bárbaro, horrible carnicero,
y mil vezes y mil le maldixesse.
Ninguno, natural o forastero,
se hallava que a piedad no se doliesse
de ver tanta belleza y hermosura  
sugeta al duro hado y suerte dura.
 
Están los dos contrarios aguardando
el tardo son (2) que a guerra da licencia,
y los fieros cavallos, forcejando,
hazen a los de encima resistencia:
con los pies y las manos golpeando,
sugetos a los frenos y obediencia,
impacientes y bravos y furiosos,
y como de encontrarse codiciosos.
 
Pero quiero contar aquí primero
una gran confusión que en corte avía,
sin que apenas se hallasse cavallero
que sobre ello no tenga su porfía.
Fue que, quando del Sol el mensagero
con nuevo resplandor les descubría
su venida y su luz clara anunciando
y la escura tiniebla ahüyentando,
 
y ya que el dios de Delo (3) apresurava
el encendido carro a nuestro mundo,
y que la horrible noche retirava
a las aguas de Atlante y mar profundo (4);
los guerreros, con brío y muestra brava,
sin querer hombre de ellos ser segundo,
de las mullidas camas levantados,
de sus gallardas armas son armados.
 
Luego que los escudos embraçaron
los del famoso Achiles decendientes,
viendo nueva divisa se admiraron, 
inquiriendo la causa a los presentes.
Al cabo, en una parte se juntaron,
y aviendo pareceres diferentes,
el animoso joven Aridano
a los desengañar tomó la mano (5)
 
y dixo: "-No sin causa, cavalleros,
entendáys que este caso ha sucedido,
ni menos sospechéys que son agüeros
que suelen perturbarnos el sentido.
Antes imaginad, fuertes guerreros,
que algún misterio grande está escondido
en esta nueva traça y compostura,
y que no ha sido a caso la pintura.
 
Porque, si a dos o a tres aconteciera,
avía que sospechar que no era nada,
mas sucediendo a tantos, ya va fuera
la sospecha de en esto aver celada (6).
La quadrilla, qual vemos, toda entera
ha sido desta suerte señalada,
y Bendalio también, fuerte guerrero,
y la mesma pintura trae Silvero.
 
Un sueño os contaré, si estáys atentos,
que la passada noche me inquietava,
y fue que, con estraños movimientos,
me pareció que un monstruo me llevava,
y que allá, entre las nuves y los vientos,
con ligereza grande me passava,
viniendo a descansar después de aquesto
en una gran floresta y bello puesto, 
 
donde tanta frescura y gusto avía
quanto puede caber en el desseo, 
fuera de (7) una lucida compañía
de ninfas de immortal trage y arreo (8),
las quales, vista bien su gallardía,
ser immortales diosas antes creo,
que humanas gentes, pues de su hermosura
el caudal sobrepuja al de Natura.  
 
Soñé que cierta dueña, honesta, hermosa
(a quien la otra quadrilla (9) respetava),
con una muestra grata y amorosa,
con su mano la mía me travava.
En una fortaleza poderosa
que al cabo deste ameno sitio estava,
con alegre semblante me metía
y a una admirable sala me subía. 
 
En las paredes vi que, retratados,
estavan los guerreros más famosos
de quantos por el mundo publicados
han sido en los encuentros belicosos;
los quales, contrastando el tiempo y hados,
viven y vivirán siempre gozosos,
y en perpetua memoria, eternalmente (10),
andarán en las bocas de la gente.
 
A un lado de la sala parecía
que estava el fuerte Achiles batallando,
su esfuerço y su destreza y valentía
a todo el universo declarando;
rendirse al hado injusto se veýa,
el tributo a la fiera muerte dando,
y, a la orilla espaciosa del Egeo, 
levantando en su nombre un gran trofeo (11).
 
Y de la sepultura, dos doncellas,
las cabeças, parece, levantavan,
cuya belleza excede a las más bellas,
aunque tristes, llorosas, se mostravan.
En la frente tenía cada una dellas
unas letras que el nombre declaravan:
Briseyda era la una, hermosa y leda (12),
y la otra es la nombrada Diomeda.
 
De los pechos de entrambas, dos troncones (13)
soñava, cavalleros, que salían
(aunque el principio de los dos raygones
de dentro del sepulcro procedían (14)).
Haziéndose después las divisiones,
dos admirables árboles se vían,
do estavan dibuxados y esculpidos
los que eran desta cepa produzidos.
 
Salía de Briseyda el tan valiente
Pirro, que muy ayrado se mostrava
por ver muerto su padre alevemente
quando menos morir imaginava.
Estava allí esculpida mucha gente
a quien la fama heroyca eternizava,
y los más de nosotros también vía
admitidos en esta compañía.
 
 De Diomeda, el primero es Polipeo,
puesto por fundamento desta rama,
de quien, quanto caber puede en desseo,
por todo el universo se derrama;
en cuyo pecho estar cifrado veo
mucho más que contar puede la fama,
aunque sus varias lenguas multiplique
y, con todas, sus hechos nos publique.
 
Del un y del otro árbol muchos vía
que mostravan valor y pecho honroso,
que, aunque sus proprios nombres yo leýa,
no pude conocer su fin glorioso.
Todos los que aquí estamos este día,
allí estávamos puestos, con famoso
renombre que nos alça y nos sublima
hasta el más levantado, altivo clima (15).
 
Sobre todos, allí vi a Clarimante;
un pie en un árbol y otro en otro estava,
que, con gallarda muestra, y arrogante,
al un árbol y al otro lustre dava:
un escudo en la yzquierda, de diamante,
que desta mesma cifra se adornava,
y, al parecer, a todos nos dezía
que tomar estas armas convenía.
 
Yo, que atónito estava en ver aquesto,
el misterio a la dueña he preguntado,
la qual, con amoroso y blando (16) gesto,
desta suerte, gozosa, me ha hablado:
'-Aunque te aya de ser algo molesto
ver que no satisfago a tu cuydado,
en lo que me preguntas ten paciencia, 
que después lo sabrás con la esperiencia.
 
Agora de presente sólo quiero
dezirte un gran secreto, por ser cosa
que a qualquier esforçado cavallero
en confusión porná más que dañosa.
Ya has visto ser de Achiles heredero,
salido de su cepa generosa,
y ves que los que allá tienes presentes,
deste mesmo lugar son decendientes.
 
Mira a Marpo, Elier, a Clarimante,
a Bendalio, famoso lusitano,
a Andúbar y a Liberio el arrogante,
a Silverio, de esfuerço soberano.
A tu lado está el célebre Melante,
hijo del valeroso y fuerte Angano;
a Sarpedón también y a Termodonte,
y mira entre estos ramos a Moronte.
 
Assí, que nadie falta en la pintura
de los de tu quadrilla y compañía,
y muchos más verás de alta ventura,
decendientes por esta mesma vía,
los quales seguirán, con mano dura
y con esfuerzo grande y valentía,
las causas del famoso Clarimante,
desde el negro poniente hasta levante,
 
porque otra compañía y vando nuevo
las partes de Héctor siguen, el troyano,
y, por su capitán, traen un mancebo
de esfuerço altivo y pecho más que humano,
que desde que el ardiente y claro Febo
el suelo fertiliza y le haze ufano (17),
no ha visto semejante ni ver puede
más de lo que a este joven se concede.
 
Assí que, cavallero, dígote esto
no para que desmayes ni te ofendas,
mas porque, con heroyco presupuesto,
al sacro Achiles parecer pretendas.
Aunque será al principio algo molesto
sufrir las diferencias y contiendas,
después será el disgusto deleytoso
y terná esta contienda un fin glorioso.
 
Estas armas harán la diferencia
entre vosotros y el contrario vando;
un águila ellos traen por excelencia,
de yrse a las pardas nuves levantando;
vosotros un león que, con violencia,
está la fiera sierpe destroçando,
y el fénix que denota que soys solos
en quanto abarcan los distantes polos.
 
Y, porque des más fe a lo que te digo,
estas armas, primero que amanezca,
dibuxaré en la esquadra y vando amigo
con matiz (18) que en mil siglos permanezca.
De todo te presento por testigo
porque, cuando ocasión de ello se ofrezca,
puedas dar relación de lo que viste
y testifiques quanto a mí me oýste.
 
Ternéys a Clarimante, el valeroso,
por nuestro (19) capitán, pues lo merece,
assí por ser más que otros animoso
como porque su sangre le engrandece.
Y advertid que, en el trance peligroso,
la virtud de cada uno se parece;
ella da el premio de immortal memoria, 
que es lo que comúnmente llamáys gloria.
 
Y puedo asseguraros de una cosa:
que seréys en el mundo señalados
con la fama más celebre y honrosa
que han sido otros jamás solenizados (20);
pero ésta no se alcança en vida ociosa,
sino en grandes trabajos siempre armados,
haziendo en todas partes cosas tales,
que merezcáys haceros immortales.'
 
Parecióme después que yo soñava
que, quando preguntarla más quería
de algunas otras cosas que dudava
en lo tocante a aquella profecía,
que el monstruo, sin pensar, me arrebatava
y a mi casa en un punto me bolvía;
mas, quando desperté, mirando (21) en ello,
no quise, por ser sueño, yo creello.
 
Pero, como aora veo la pintura
con todo lo demás que os he contado,
tengo por cosa cierta y verdad pura
que me fue por los dioses revelado.
Assí, es mi parecer que, en la ventura,
nuestro común designio esté fundado
y todos la sigamos desta suerte
en el bien, en el mal, en vida y muerte."
 
Assí acabó su plática Aridano
quedando satisfecho de su cuento.
Y, dándose entre sí la diestra mano,
hizieron voto espresso y juramento
de seguir el consejo soberano 
y su sacro querer y mandamiento (22),
siendo opuestos en todo y donde quiera,
al escudo del águila, y vandera.
 
Hecho esto, todos juntos se salieron,
de la divisa alegres y gozosos.
A la plaça del juego juntos fueron,
do estavan aguardando otros famosos.
Juntos, de allí adelante, se anduvieron,
hasta que, en ciertos trances peligrosos,
los dividió Fortuna. Y, pues veremos
el futuro sucesso, aora callemos.
 
Al (23) punto de la historia que dexamos
(que fue a los dos guerreros esperando),
la razón nos da priessa que bolvamos,
que entrambos se estarán de mí quexando.
A Silvero y Brumoldo agraviamos (24),
los quales, desseosos, aguardando
estavan de se ver en la refriega
adonde su destino y suerte llega.
 
No bien la boz y trompa desseada
a oyrse començó quando, furiosos,
con ira desigual y arrebatada,
parten los dos guerreros animosos.
Suspensa está la gente, embelesada,
aguardando los golpes rigurosos
y viendo una violencia tan estraña
con que lexos retumba la campaña,
 
qual trueno suele (o rayo repentino
 que Júpiter, con mano rigurosa,
despide de su trono cristalino
en vengança de alguna injusta cosa),
que causa grave pasmo y desatino
al pastor que, en la selva verde, umbrosa,
apacienta y abreva su ganado,
del mísero sucesso descuydado;
 
que, luego que el horrendo y gran ruÿdo
sus orejas tocó, súbitamente
se estremece, se encoge y, aturdido,
en tierra fixa la medrosa frente:
desta manera aviendo arremetido (25)
los guerreros, quedó toda la gente
atónita de ver tanta braveza
junta con el denuedo y ligereza.
 
Y, como dos celosos de Xarama (26)
sobre el gozar la amada bezerrilla
se encuentran, que la tierra en torno brama
mientras dura el tesón y la renzilla
y cada qual la arena desparrama
hasta que el pastor viene a despartilla (27);
más ellos, con pesados encontrones (28),
baten la dura frente y morrïones;
 
entrambos de esta suerte se encontraron,
que qualquiera persona que los viera
(según el gran furor con que llegaron),
quedar despedaçados bien creyera.
Mas el uno y el otro se passaron 
como si aquel encuentro no les diera,
aunque los dos cavallos se torcieron
y ellos a los arçones se tuvieron (29).
 
A un tiempo han bolteado los cavallos,
con más cólera y saña que cordura;
pero, ¿qué ingenio bastará a pintallos
o cómo lo dirá bien mi escritura?
En esto es impossible no agraviallos,
mas la fama de entrambos me assegura,
a quien pienso seguir punto por punto
sacando verdadero y fiel trasumpto.  
 
Dize en aqueste passo el gran Lemante,
que, las fornidas lanças ya quebradas,
con una muestra ayrosa y arrogante,
en alto levantaron las espadas,
y con destreza y término galante,
labrando30 a sus cavallos las hijadas,
con presteza increýble se juntaron
y los gallardos braços descargaron.
 
Las cabeças baxaron hasta el pecho,
de los pesados golpes impelidos,
usando de criança a su despecho (31),
quedando sin acuerdo sus sentidos.
Mas, viéndose los dos en tal estrecho,
no menos enojados que corridos,
los segundos (32) se dieron de tal suerte
que ya pensó tener presa la muerte.
 
Pero era tan bien hecha la armadura
 y con tan fino temple, y tan estraño,
que de poder romperla está segura
ni recebir algún notable daño.
Mas, con todo, se dan con mano dura,
con saña desygual, ardid tamaño,
haziendo en el dudoso desafío
quanto el furor permite, y loco brío.
 
No baten tan aprissa los herreros
las barras del azero y los planchones (33),
quanto aquestos gallardos cavalleros
martillan en los altos morrïones.
Andan en sus entradas tan ligeros
como suelen los sacres o halcones
acometer la blanca garça, quando
la ven en la ribera blanqueando (34).
 
Brumoldo era jayán dessemejado (35),
de grande cuerpo, fuerça no pensada;
sin esto, de tal suerte estava armado,
que no puede Silvero ofender nada.
Bien que era el portugués diestro y osado,
de travaçón nervosa y estremada,
mas érale inferior en fortaleza,
dado que superior en la destreza.
 
Anduvieron dos horas con pujança,
mostrándose en los dos neutral la suerte,
sin que al un lado ni otro la balança
del hado se inclinasse, y de la muerte.
Cada qual se mantiene en su esperança,
que a sola la victoria y honra advierte.
Assí, en igual compás se combatían,
y dando golpes, golpes recibían.
 
Mas Silvero, que el nombre lusitano
pretende levantar quanto pudiere,
con raro esfuerço y poderosa mano
a su contrario en descubierto hiere.
Pero, guarte (36) Silvero del tirano,
que, aunque el dudoso trance se difiere,
te importa no fiar de la Fortuna,
que quanto es más remissa, es importuna.
 
Brumoldo por la plaça fue, aturdido,
llevándole el cavallo a campo abierto,
de su acuerdo privado y sin sentido,
a punto de quedar vencido y muerto.
En la tierra cayó desvanecido,
mas con la gran caýda fue despierto
y, viéndose en el suelo y como estava,
de los supremos dioses blasfemava.
 
Envistió con Silvero presuroso
y, sin darle lugar que se apeasse,
un golpe le alcançó, que dezir oso
que no ay pluma ni ingenio que le tasse (37);
de alto abaxo le dio en el yelmo hermoso
antes que el fuerte escudo levantasse,
y, con ser admirable y encantado,
a lo interior el filo ha penetrado.
 
Hasta los tiernos sesos fue el cuchillo,
por do una roxa fuente manó luego.
Mas el bravo jayán, por concluýllo,
de otro golpe acabar pretendió el juego.
Fue ventura que, al tiempo de herillo,
como yva sin acuerdo ni sossiego,
erró el tiro y, con única (38) braveza,
 al cavallo dio el golpe en la cabeza,
 
el qual dio tantas cozes y pernadas (39),
que Brumoldo no pudo defenderse,
porque le alcançó dos en las quixadas
con que huvo, aunque no quiso, de tenderse;
y los dientes y muelas quebrantadas
le fuerçan de dolor a deshazerse,
y a que el cavallo herido se escapasse
y el portugués gallardo se salvasse.
 
El cavallo salió por la una puerta
de las dos que en el coso y plaça avía,
la qual, a la sazón, estava abierta
porque un nuevo guerrero entrar quería.
La vida de Silvero estava incierta
por la gran cuchillada que tenía,
assí, Bendalio puso gran cuydado
en que sin dilación fuesse curado.
 
Brumoldo se quedó en tierra aturdido,
escupiendo las muelas quebrantadas,
metiendo (40) allá en el cielo su alarido
con blasfemias horrendas y malvadas.
Fue luego de los suyos socorrido
con grandes medicinas apropiadas,
quedando en breve sano, aunque furioso,
y del hado y Fortuna querelloso.
 
En medio esta rebuelta entró un anciano
con barba larga, rostro grave, blando,
un ñudoso bastón en la una mano,
en que el pesado cuerpo va afirmando;
vestido hasta los pies, cabello cano,
estraña autoridad representando.
Un poco más atrás viene un mancebo
 que excede en hermosura al mesmo Febo,
 
de los pies hasta el cuello todo armado
con fuerte azero y rica pedrería.
Tras él viene un cavallo bien traçado (41)
que de diestro (42) un criado le traýa.
Pues, aviendo el filósofo (43) llegado
do estava el rey, con mucha cortesía,
con boz autorizada y grave gesto,
començó mansamente a dezir esto:
 
"-Esclarecido rey cuya ventura
excede a las de muchos señalados,
y cuyos hechos en la tierra escura (44)
y del un polo al otro son nombrados:
los dioses te prosperen, y en la altura
donde viven los hombres afamados
te den lugar y assiento tan subido,
quanto a tu heroyco pecho le es devido.
 
En el persiano (45) imperio se oye y siente
la bozinglera (46) trompa de la Fama,
y de una tierra en otra, y gente en gente,
tus hazañas esparze y las derrama.
Y no sólo en las partes del Oriente,
mas hasta donde el Sol tiene su cama
quando, acabando el curso desseado,
 se va a bañar al hondo mar salado.
 
Siendo, pues, el estruendo tan famoso,
y viendo que el renombre se dessea,
me pareció cumplir el desseoso
apetito que tiene a la pelea
este gallardo joven animoso,
y que, con su persona, prueve y vea
quán poco es lo que en Persia hemos oýdo
respeto de lo que ay aquí escondido.
 
Un coraçón y esfuerço levantado,
un ánimo invincible (47), un fuerte pecho,
un generoso aliento a guerra usado,
no queda en cosas pocas satisfecho,
siempre anda pensativo y desvelado,
traçando alguna empresa o raro hecho
que suene en nuestra edad (48), y su ventura
no se pueda acabar en la futura.
 
Y, como este galán es donde han puesto
los dioses quanto a un hombre se concede,
el no emplearse en algo le es molesto,
y, sin se exercitar, vivir no puede.
Assí que, sacro rey, pues es honesto
lo que pide, os suplico agora quede
en vuestra grande corte y compañía,
y entre la militar cavallería.
 
Aunque le veys tan moço, no le falta
quanto le es importante al buen guerrero
ni le falta virtud, que al hombre esmalta
y le haze en muchos siglos duradero.
Su fortuna también anda bien alta,
pues su generación callar la quiero
hasta que el tiempo nos descubra el quando
 ser necessario el yrla relatando.
 
Su nombre no conviene le digamos
(el propio digo), porque no es decente
hasta que su abolorio (49) descubramos
a tiempo y coyuntura competente.
Cavallero del Fénix le llamamos,
porque la (50) trae en el yelmo y porque siente
que, como es ella sola en este mundo,
que él también ha de serlo sin segundo.
 
En esta plaça se armará una tienda
donde avemos de estar algunos días,
hasta que, por rigor de una contienda,
se ponga punto y pausa a las porfías.
Esto es lo que conviene, y nadie entienda
que son falsas mis ciertas profecías,
porque es ordenación del sacro cielo
y del que nos govierna acá en el suelo."
 
Antero respondió que más gustara
(supuesto que ha de estar allí de assiento (51)),
que en su palacio real se aposentara,
donde tuviera honroso acogimiento.
Pero que, pues el cielo le declara
no convenir mudar su pensamiento,
no los quería forçar, sino que hiziessen
aquello en que más gusto recibiessen.
 
Esto con condición que la comida
y lo que más al joven conviniesse,
con qualquiera otra cosa, que traýda
de la despensa real, y casa, fuesse. 
Y la entrada en palacio y la salida,
al galán suplicó freqüente fuesse;
pero no se aceptó aqueste partido
y todo lo demás se ha concedido.
 
A un lado de la plaça fue fixada
una tienda admirable y poderosa,
con perlas, oro y sedas varïada,
de traça y de labor maravillosa.
Quedó toda la gente embelesada
de ver tienda tan rica y anchurosa,
estimando el valor del cavallero
en mucho más que de otro aventurero.
 
Aquí entrambos quedaron alojados
(el filósofo digo, y el mancebo),
hasta que por los campos y collados
su lumbre derramasse el claro Febo.
El rey y cavalleros, retirados
a palacio se fueron, con un nuevo
desseo de saber si, en fortaleza,
se aventaja el donzel como en belleza.
 
Quando su alegre rostro en el Oriente
començava a mostrar la blanca diosa (52),
y del claro rocío transparente
las flores adornava y fresca rosa;
y quando, a toda priessa, hazia el poniente
caminava la noche tenebrosa,
cubriendo las estrellas en el cielo
y llenando la tierra de consuelo;
 
y quando el ruyseñor, enamorado
de su propia dulçura y armonía,
entonava su canto delicado
con toda la destreza que podía;
 y quando, por el verde soto y prado,
el lanudo ganado se esparzía,
despintando (53) la vega de las flores
que espiravan (54) de sí gratos olores;
 
el mago entró en la sala y aposento
donde el gallardo joven ha dormido,
y díxole: "-Tiempo es que vuestro intento
comience a descubrir a qué ha venido.
Sólo resta a vuestro alto pensamiento
que muestre de qué tronco es produzido,
y entienda todo el mundo que soys solo
como lo es en el cielo el roxo Apolo (55).
 
Aquesta es la sazón y coyuntura
que avéys, con tantas veras, codiciado,
en que la amiga suerte y gran ventura
os tienen nombre eterno aparejado.
Vuestra gloria immortal ya se apresura,
y aquel feliz y venturoso hado,
que os han de levantar a tanta alteza
que ponga invidia a la mayor grandeza.
 
Sólo avisar os quiero, que delante
tengáys de vuestros ojos los famosos
hechos que avéys obrado en el levante
rindiendo tantos fuertes y animosos.
Y, pues passar queréys más adelante
venciendo otros trabajos más gloriosos,
aquí los hallaréys, donde se encierra
la gente más gallarda de la tierra."
 
Luego se levantó de donde estava,
agradeciendo al viejo lo que oýa,
 y vistióse las ropas de que usava
quando no peleava o combatía.
Un criado le dixo que aguardava
una dama, allá fuera, rato avía (56),
que desseava hablalle en gran manera
por la mucha virtud que dél oyera.
 
Salióla a recebir, que en la criança (57)
y en ser con las mugeres comedido (58),
memoria de otro alguno no se alcança
que le aya en una mínima excedido.
La dama, ante sus pies, se arroja y lança
con un triste lamento dolorido,
pidiéndole la vengue del malvado
que la ha puesto en infame y baxo estado.
 
Levantóla de tierra, y ambos fueron
adonde retirado el viejo estava,
y consultando el caso se estuvieron
hasta que ya la plaça se ocupava.
En fin, todo el negocio concluyeron
en que de la vengar él se encargava
o de perder la vida o de quitalla
al infame Brumoldo en la batalla.
 
Aquesta era Laurisa, a quien avía
Silvero prometido la vengança;
mas la Fortuna y hado no quería
darle tan alta fama y buena andança,
porque mucho ha guardada la tenía
para nuestro guerrero, cuya lança
jamás dexó en la silla quien no fuesse
 descompuesto (59) o en tierra pareciesse.
 
Armóse el animoso cavallero
y sube en el vistoso Palircano,
cavallo tan hermoso y tan ligero
quanto jamás salió del suelo hispano.
A la puerta se puso el gran guerrero,
estando con las armas tan galano,
que qualquiera que atento le mirara
sin más le conocer se aficionara.
 
El mágico sacó un escudo hermoso
(del qual el cavallero no sabía),
no menos estremado que vistoso,
pues hecho de diamante parecía.
En medio, con matiz maravilloso,
una águila caudal pintada avía
que entre las uñas tiene un cervatico,
y una corona de oro trae en el pico.
 
Alrededor un gran letrero estava,
de un azul perfetíssimo y cendrado,
que lexos se leýa y divisava
por estar el color bien assentado.
El nombre del maestro declarava
y para quién tal don fue fabricado:
del dios Vulcano dize que es la hechura
y para Héctor troyano la ventura.
 
Luego que los de Achiles conocieron
la enemiga divisa, se alteraron,
y todos, orgullosos, pretendieron
combatir, pero tiempo no hallaron,
porque otros con Brumoldo se pusieron
a contender, y el passo les vedaron.
Y assí han quedado todos aguardando
 ocasión de mostrar su intento y vando.
 
El del Fénix, gallardo y animoso,
por el fiero Brumoldo preguntava,
estando en todo estremo desseoso
de vengar la trayción y maldad brava.
Mas el jayán, con rostro desdeñoso,
al divino donzel menospreciava,
diziendo que era afrenta y gran empacho (60)
ponerse a batallar con un muchacho.
 
Mas, como a la batalla le llamasse
y Brumoldo aceptarla no quisiesse,
al rey se fue a pedir que lo mandasse
o a Laurisa su estado se bolviesse (61).
Brumoldo dixo: "-Si esso se juzgasse,
hago voto a los dioses que yo hiziesse
de suerte que a Bretaña, con su tierra,
a mi mando rindiesse a pura guerra.
 
Que si agora no aceto la batalla
no es por miedo o temor (que a nadie he miedo (62)),
mas porque, quando venga a rematalla,
contarlo en parte alguna yo no puedo,
porque si cavallero no se halla
a quien con gran ventaja yo no excedo,
¿qué se dirá de mí entre los humanos
si con este rapaz me pongo a manos (63)?
 
Y si más tratas dello y no te pesa
de tu descompasado atrevimiento,
si el provocarme a guerra tal no cessa,
 hago aquí de açotarte juramento;
que donde ninguna honra se interessa,
por ser rapaz de poco entendimiento,
no tiene de reñirse a cuchilladas,
sino con bofetones y nalgadas (64)."
 
El de Persia le dixo: "-Los ladrones
públicos como tú ando yo buscando,
para vengar sus impías sinrazones
y para yr sus insultos allanando (65);
y nunca me espanté de fanfarrones,
que andan soberviamente blasonando (66),
ni de sus desvergüenças hize caso,
sino que con buen ánimo las paso.
 
Vengamos a las armas, que yo espero
que ellas me vengarán de tus afrentas,
que, si tú fueras noble cavallero,
no dixeras palabras tan sangrientas;
mas, como eres traydor, injusto, fiero,
con tus locuras espantarme intentas,
sin mirar que los dioses me han traýdo
para que quedes a mis pies rendido."
 
No puede declararse la fiereza
del impaciente bárbaro, tratado
con un rigor tan justo y aspereza,
por ser descomedido y mal mirado.
Áspide no se vio (que en la maleza,
del incauto villano fue pisado),
que mostrasse tal saña y tal postema
como con la que el pérfido blasfema.
 
"-¡O dioses! -dixo-. Si ante mí os tuviera,
yo os hago voto expresso (67) y juramento
que más menudas partes os hiziera
que los mínimos átomos del viento.
Y, si hallara subida o escalera,
de vuestro mesmo trono y alto assiento,
cabeça abaxo a cozes os echara
y en vosotros mi saña executara.
 
Mas, pues esto no puedo, la contienda
quiero tener con este rapazillo,
tomando, qual conviene, justa emienda
de un muchacho indiscreto, atrevidillo.
Pondré, assí, en los demás templança y rienda,
viéndome ante sus ojos concluýllo;
que no es afrenta a un hombre fuerte y sabio
vengarse, como quiera, del agravio.
 
Aqueste atrevimiento bien merece
el rigor y castigo de mi lança:
pues él mesmo a la muerte se me ofrece,
es bien que esperimente mi pujança.
No ay que nos detener, porque más crece
el poco miramiento en la tardança,
y pierdo el mucho crédito que tengo
quanto más en palabras me detengo."
 
Tomaron de la plaça tanto trecho
quanto para el encuentro convenía,
y, con un animoso y fuerte pecho,
cada qual mostrar quiere su valía;
Brumoldo da el negocio por ya hecho,
el del Phénix por hecho lo tenía.
El sucesso diré en estotro canto,
que no puedo dezir de una vez tanto.
 CANTO IX

 

 

NOTAS

 

(1) arreado: "adornado" (Cov.).

 

(2) Se refiere a la trompeta que anuncia el comienzo del combate. Es tardo porque los guerreros están impacientes por comenzar la lucha.

 

(3) Apolo (Febo), hijo de Zeus y Leto, nació en la isla Ortigia o Asteria, que recibió luego el nombre de Delos (brillante), porque al nacer el dios se cubrió de una capa de oro. En el texto se hace referencia a Apolo como dios solar, para aludir al momento preciso del amanecer, cuando sale el Sol.

 

(4) El Sol, con su salida por el este, aparta la noche que, poco a poco, se retira por el oeste, donde está el mar de Atlante, es decir, el océano Atlántico.

 

(5) tomar la mano: "se dice el que se adelanta a los demás, para hacer algún razonamiento" (Cov.).

 

(6) celada: "la emboscada que se hace para asaltar al enemigo repentinamente" (Cov.).

 

(7) fuera de: "algunas veces dice excepción en el número plural, y vale excepto, salvo y allende" (Cov., s. v. 'fuera').

 

(8) arreo: "atavío" (Cov.).

 

(9) Se refiere aquí a la cuadrilla de los descendientes de Héctor, teóricos enemigos del bando de Aquiles, representado ahora por Aridano.

 

(10) eternalmente: "lo mismo que eternamente. Oy no tiene mucho uso" (Aut.).

 

(11) A la muerte de Aquiles (de la que la leyenda nos da diversas versiones), los griegos erigieron, en efecto, un gran túmulo junto al mar, como recuerdo y monumento del héroe. La palabra 'trofeo' ha de entenderse aquí en su sentido de "señal expuesta al público" que indica Aut., aunque no recuerde una victoria, sino muchas; todas las que engrandecen a Aquiles.

 

(12) ledo: "vocablo castellano antiguo, vale alegre, contento" (Cov.). Cfr.: "Ledo, por alegre, se usa en verso, y assí dize el bachiller de la Torre: Triste, ledo, tardo, presto (...); en prosa no lo usan los que scriven bien" (Valdés, p. 126).

 

(13) troncón: "el tronco de árbol mui gruesso o algún pedazo grande de él" (Aut.).

 

(14) La concordancia se ha hecho con 'raygones'.

 

(15) clima: "el espacio entre dos paralelos correspondientes uno a otro, en el cual se varía la longitud del día por media hora" (Cov.). Hace referencia a que el renombre de los caballeros llega hasta los lugares más remotos, a todos los climas, por muy elevados y lejanos que sean.

 

(16) blando: "metaphóricamente significa lo mismo que lisongero, halagüeño, suave, agradable" (Aut.).

 

(17) Desde que existe el mundo. Febo (Apolo) representa al Sol.

 

(18) matiz: "la mistura de colores" (Cov.).

 

(19) Mantengo aquí la lectura "nuestro", que figura en el original, por parecerme que la dueña se incluye en la misma saga que los caballeros "de la esquadra de Achiles", pero no descarto que se trate de un nuevo error en el que se ha invertido la letra "u", que con valor consonántico nos ofrecería la lectura "vuestro", en apariencia más adecuada al contexto de la frase en la que se inserta.

 

(20) solenizar: 'solemnizar'.

 

(21) mirar: "muchas veces se toma mirar por advertir y considerar" (Cov.).

 

(22) Se refiere al consejo de los dioses, a la voluntad divina que les impele a comportarse de una determinada manera.

 

(23) En el texto, 'a'. Rectifico por considerar que es más adecuado el uso de la contracción que el de la preposición.

 

(24) En el original se lee: "A Silvero y Brumoldo se agraviamos". Suprimo el pronombre que produce una oración sin sentido, provocando así un verso decasílabo que necesitaría una diéresis en 'agraviamos' para ser endecasílabo.

 

(25) arremeter: "acometer deprisa, embestir a alguno con ímpetu y furia para hacerle daño" (Aut.).

 

(26) Los celosos de Xarama son toros al parecer famosos por su bravura, tal y como se deduce de estos versos y de la siguiente cita: "...para mí no hay toros que valgan, aunque sean de los más bravos que cría Jarama en sus riberas" (Quijote, II, 58, ed. cit., p. 1026).

 

(27) despartir: "meterse de por medio de los que riñen, para ponerlos en paz; y a veces quien desparte lleva la peor parte" (Cov.).

 

(28) encontrón: "el golpe que da uno a otro con el hombro o con el codo" (Cov.).

 

(29) tenerse: "vale afirmarse o assegurarse para no caer" (Aut.).

 

(30) labrar: "se toma también por mortificar" (Aut.).

 

(31) Martínez se vale aquí de la ironía para hacernos ver que los caballeros, a fuerza de golpes, se veían obligados a bajar la cabeza "hasta el pecho", con lo que aparentan ser corteses con el contrario, saludándole así y dando muestras de buena crianza o de urbanidad, aunque "a su despecho", pues el movimiento de cabeza es involuntario.

 

(32) Se refiere a los segundos golpes que se dan los caballeros.

 

(33) Cfr.: "y cual de fuerte hierro los planchones / baten en dura yunque los herreros..." (Alonso de Ercilla, La Araucana, ed. cit., p. 423).

 

(34) blanquear: "mostrar alguna cosa la blancura que tiene en sí" (Aut.).

 

(35) dessemejado: 'desemejado', "desemejable: fuerte, grande, terrible" (DRAE).

 

(36) guarte: "contracción de guárdate" (Fontecha).

 

(37) tassar: 'tasar', "poner precio o límite a alguna cosa; del verbo taxo, as, que entre otras significaciones vale tasar o poner precio o estimación a una cosa" (Cov.).

 

(38) único: "significa también singular, raro, especial u excelente en su línea" (Aut.).

 

(39) pernada: "el golpe que da la bestia con el pie" (Cov.).

 

(40) meter: "vale también poner absolutamente" (Aut.).

 

(41) bien traçado: "bien o mal trazado se llama un sugeto, según la buena o mala disposición o compostura del cuerpo" (Aut.).

 

(42) de diestro: "llevar de diestro una bestia, llevarla de las riendas, yendo delante della, porque las lleva en la mano diestra para más seguridad" (Cov.).

 

(43) filósofo: aquí, hombre sabio, en relación con la definición que nos da el DRAE: "hombre virtuoso y austero que vive retirado y huye de las distracciones y concurrencias".

 

(44) Parece referirse a los lugares más remotos, donde tal vez no halla llegado del todo la civilización o, incluso, a la propia Inglaterra, lugar occidental donde el Sol se oculta.

 

(45) persiano: de Persia.

 

(46) bozinglero: 'vocinglero', "el hablador descompuesto" (Cov., s. v. 'voz'). Es una característica propia de la Fama la de ir divulgando todas las cosas sin tino.

 

(47) invincible: 'invencible'.

 

(48) edad: "se toma también por siglos" (Aut.).

 

(49) abolorio: "la ascendencia de abuelos y bisabuelos, etc." (Cov.).

 

(50) El uso del femenino en este pronombre se debe a que sustituye a 'ave' ("ave fénix"), como en el siguiente verso, "como es ella sola".

 

(51) supuesto que: "puesto que" (Aut.). Assiento: "se toma muchas veces por estancia, permanencia y detención larga y continua en alguna parte, como 'Fulano está de assiento en la Corte" (Aut.).

 

(52) la blanca diosa: sin duda se refiere a Venus, la estrella matutina que con su esplendorosa luz anuncia el día.

 

(53) despintar: "borrar o raer lo pintado" (Aut.). El ganado hacía desaparecer, con su presencia, los colores de las flores, los ocultaba.

 

(54) espirar: "significa también exhalar, echar de sí bueno o mal olor" (Aut.).

 

(55) Apolo (Febo) representa al Sol.

 

(56) rato avía: "hacía rato". Cfr.: "...deseo de gustar algo caliente; que había grandes días que todo era fiambre" (Quijote, I, 26, ed. cit., p. 276).

 

(57) criança: 'crianza', "la urbanidad" (Cov.).

 

(58) comedido: "el cortés y bien criado" (Cov.).

 

(59) descompuesto: "al que han privado de algún lugar honrado, por deméritos" (Cov., s. v. 'componer'). Los caballeros que se enfrentaban al del Fénix perdían su lugar en la silla del caballo.

 

(60) empacho: "cortedad de ánimo, turbación vergonzosa y poco desembarazo" (Aut.). Resultaba vergonzoso pelear con un muchacho.

 

(61) bolver: 'volver', "significa también restituir lo que se ha tomado u quitado" (Aut.).

 

(62) En un segundo estado de la edición del poema se lee: '(que a nadie he mi', tal y como lo atestiguan los ejemplares BPT2 y Zabálburu.

 

(63) ponerse a manos: luchar, como 'venir a las manos'.

 

(64) nalgada: "golpe recibido en las nalgas" (DRAE).

 

(65) allanar: "metaphóricamente significa vencer reparos, embarazos, dificultades o inconvenientes, para conseguir o alcanzar alguna cosa que se desea" (Aut.).

 

(66) blasonar: "recitar las hazañas propias o de sus antepasados, de do nació el proverbio: 'Blasonar del arnés', hablar a la fanfarronesca y contando en tiempo de paz las valentías que uno ha hecho en la guerra, sin que haya más certidumbre que decirlo él" (Cov.).

 

(67) expresso: 'expreso', "lo que está declarado, manifiesto y cierto" (Cov., s.v. 'exprimir').