C A N T O XXV

  Prosigue la contienda entre los de Hibernia y los defensores de Montisa, y mueren todos. Clarimante vence a Gorgonio y le mata, quedando Arbistes vencedor, el qual se reconoce por deudo de Clarimante. Sarpe prosigue su jornada y llega a Ronda, donde le cuentan el caso de Oroncia, y sácanla a justiciar para averla de echar a los leones.

  

¡QUán poco ay que fiar de buena andança
y del punto feliz que se nos muestra,
viendo cómo se buelve la balança
de la Fortuna próspera en siniestra!
El cuerdo nunca fixa su esperança
en la que en mil embustes es maestra,
sino que, quando el bien de ella recibe,
para el mal se prepara y apercibe.
 
Assí, aquel gran Filipo de alta prueva (1),
que por padre del magno fue tenido,
llegándole un día cïerta nueva
de que por tierra y mar avían vencido,
no fixa el pie en aquesto ni se ceva (2),
aunque Alexandro le ha también nacido,
mas dixo: "¡O gran Fortuna y diosa inmensa,
dame una moderada recompensa!"
 
 ¿Quién vio al grande Pompeyo (3) levantado
al más subido cuerno de la Luna?
¿Su gran amigo César (4) adorado?
¿A Tarquino (5) en tan próspera fortuna,
a los Marios y a Emilio en tal estado (6)?
¿Y después, en sazón tan importuna
a Xerges, a Artabano, a Polícrates (7),
a Casio, a Belisario, a Mitrídates (8)?
 
Vemos, por el contrario, aver subido
a sacra magestad y suma alteza
muchos que se han criado y han nacido
de gente popular y en gran pobreza:
Narsés, Darío y Justino esclarecido (9)
y los dos de la arcádica grandeza (10),
Viriato, Artaxerxes y Perseo (11),
Elio, Probo, Demetrio y Ptholomeo (12).
 
Assí, que no ay fiar del buen estado
por más que sople en popa el feliz viento,
pues el que en esto huviere confiado,
a deshora verá su perdimiento;
ni el que en punto se viere desdichado
ha de perder el justo sufrimiento,
que en un instante, y menos, vemos cosas
que se suelen tener por milagrosas.
 
Y si no, echad los ojos a esta historia
y veréys casos mil que han sucedido,
en los quales la próspera victoria
se ha buelto de la parte del vencido.
Agora esta verdad será notoria
en la guerra y combate tan reñido,
en el qual han quedado vencedores
los que eran en las fuerças inferiores,
 
porque Melante andava aventajado
con próspero discurso (13) en el combate,
y Carpesio, con término avisado,
resiste a su adversario y le rebate.
En un punto se ha el juego barajado 
con fin triste y áspero remate,
dando Carpesio al otro una estocada
con que en la frente le escondió la espada.
 
Pero viéndose el joven tan cercano
a la fatal, inexorable diosa (14),
juntando la siniestra a la otra mano,
le dio una cuchillada poderosa;
aunque el yelmo es de un temple soberano,
entró tanto la espada rigurosa,
que los bullentes sesos echó fuera
y, muriendo, mató desta manera.
 
Cayó Melante muerto en la estacada,
y Carpesio también, a poco rato,
porque veáys la suerte tan trocada
por sólo no tener justo recato (15).
Entre los otros dos anda travada
la questión con un término bravato,
de parte de Laurelio aquesto digo,
que trae ya desangrado a su enemigo.
 
Marpo, como valiente y animoso,
quanto puede sustenta su partido,
y, con pecho esforçado y valeroso,
dilata el punto y trance tan temido.
Y fue sobremanera venturoso,
o lo han los altos dioses permitido
porque fuesse Acisclanio despojado
y a Montisa bolviessen el estado.
 
Sucedió que Laurelio, alçando el braço,
movido de su fuerça y valentía,
rompió por aquel lado un fuerte laço 
que el peto al espaldar (16) juntar hazía.
Marpo (viendo en Laurelio el embaraço),
cubierto del escudo que tenía,
metió a un tiempo la espada y pie derecho,
y atravesóle el valeroso pecho.
 
Buelto (17) el color, y el rostro retorciendo
con el dolor de la última congoxa,
poco a poco a la tierra fue cayendo
y los nervios y fuerça se le afloxa;
del cuerpo se va el alma despidiendo,
y rabiando mordió la tierra roxa
con la postrera vasca y parasismo (18),
indignado y quexoso de sí mismo.
 
Aviéndose el combate concluydo,
quedó a Montisa el reyno declarado,
pero Marpo, su esposo ya y marido,
va por muchas heridas desangrado.
Lo que de todo aquesto ha sucedido
fue que el joven no pudo ser curado;
assí, murió dexando satisfecho
al mundo de su brío y fuerte pecho.
 
Alegó el rey de Hibernia, por su parte,
aver sido juzgado con malicia,
supuesto que de la una y la otra parte
en su fuerça ha quedado la justicia.
Quédense aquí, que el son del fiero Marte
me pone a le mirar mucha codicia,
que, aunque Acisclanio más y más procure,
no es possible por largo tiempo dure.
 
Clarimante me llama a que yo vea 
los efetos de aquel gallardo pecho
en la batalla y desigual pelea
en que piensa Gorgonio aver provecho.
El uno con el otro allí dessea
juntarse, por quedar más satisfecho
de la fuerça y valor de su enemigo (19),
quedando la victoria por testigo;
 
mas la interpuesta gente lo impedía
que de una parte a otra atravessava,
haziendo desigual carnicería
en la enemiga gente que allí andava.
Sucedió que Gorgonio discurría
con destreza increýble y fuerça brava,
los soldados de Arbistes retirando,
en ellos su braveza secutando.
 
Y con esta rebuelta lugar dieron
a que el hijo de Achiles se opusiesse,
porque los de Gorgonio prosiguieron
el alcançe sin que alguien lo impidiesse.
Quando solos los dos allí se vieron,
movidos cada qual de su interesse
(el uno de honra, el otro de provecho),
luego se dispusieron para el hecho.
 
Dos lanças bien fornidas han tomado
y sin se hablar aprietan los talones,
arrimando al siniestro y diestro lado
los agudos y fuertes espolones.
Hanse venido a dar en medio el prado
dos tan descompassados encontrones,
que los que yvan huyendo repararon
y sus perseguidores se tornaron.
 
Mas, aunque el duro encuentro fue terrible,  
ninguno de su silla se ha movido,
dado que el golpe fue tan insufrible,
que hasta los duros huessos ha molido.
Con presteza passaron, increýble,
sin que particular caso aya avido,
pero luego dan buelta con tal saña,
que tiembla, en sólo verlos, la campaña.
 
Metidos en sus cóncabos escudos,
descargaron los braços poderosos
de dos pessados golpes, y tan crudos,
que inclinaron los cuellos valerosos.
Estavan los soldados como mudos,
suspensos de los tajos espantosos
y de las estocadas y reveses
con que abollan y rompen los arneses.
 
Cada qual es valiente y esforçado
y presume de ardid y fortaleza,
y assí, en el desafío començado,
descubren los quilates de braveza.
A Clarimante ayuda en sumo grado
del cavallo Frisel la ligereza,
a sus tiempos de presto arremetiendo,
y a tiempos y en sazón se retrayendo.
 
Pero el jayán Gorgonio era membrudo,
de travaçón gallarda y fuerte pecho,
y, amparándose bien del gruesso escudo,
lleva la mejor parte en aquel hecho.
Mas evitarlo todo, en fin, no pudo,
ni llevar hasta el cabo su provecho;
no porque de su parte falta huviesse
que al lastimoso punto le traxesse,
 
sino que la Fortuna, ya cansada
de serle su tutora, ha permitido
que se aya su tajante y gruessa espada
en tres o quatro partes dividido,  
y, por la empuñadura ya quebrada,
con furia tan rabiosa la ha impelido,
que a Clarimante desvaneció tanto
que puso admiración y causó espanto.
 
Quiso bolver las riendas y salvarse
en su castillo fuerte y torreado,
mas no pudo del término escaparse
dispuesto y difinido por el hado;
antes, por do pensó mejor librarse,
le vino a ser el mal ciento doblado,
que ya era tiempo y cosa razonable
su vida se acabasse abominable.
 
Ligero era el cavallo que llevava
y la espuela también volar le hazía,
pero Frisel el viento atrás dexava
y en ligereza al mismo sol venzía:
apenas en la yerva el pie assentava
ni las pintadas flores ofendía;
tanta era la presteza en la carrera
quanta bolando un águila tuviera.
 
Alcançó Clarimante (20) brevemente
a Gorgonio rabioso y renegado,
no porque de morir disgusto siente,
sino por el sucesso desdichado,
y descargó sobre él aquel valiente
braço, a (21) derramar sangre acostumbrado,
dándole sobre el yelmo en descubierto,
con sucesso dichoso y golpe cierto,
 
que, no parando en él la cuchillada,
penetró a la cabeça un gran pedaço,
a la muerte dexando franca entrada. 
Para le sugetar sin embaraço,
acudióle con otra más pesada,
y, assiéndole del diestro guardabraço (22),
le derribó en la tierra fácilmente,
que ya se le ha acabado el ser valiente.
 
Con rabioso corage ha despedido
aquella alma tyrana, injusta, odiosa,
la qual al negro lago (23) ha decendido
a pagar la vivienda perniciosa.
La gente del castillo se ha rendido
a la mano del joven, valerosa;
él los ha fácilmente perdonado
con que restituyessen lo robado.
 
Entrando en la malvada fortaleza
con Arbistes, el rey, y con su gente,
halló toda la gracia y la belleza
que avía sido robada alevemente.
Las damas acudieron con terneza,
quál a su hermano y quál a su pariente,
celebrando con lágrimas gozosas
las dulces ocasiones, y sabrosas.
 
Arbistes y el famoso Clarimante,
libremente dexaron las casadas,
y las damas con orden importante
a su patria y nación fueron embiadas.
El castillo allanaron al instante
y las casas que allí estavan fundadas,
repartiendo en el reyno los guerreros,
por evitar no huviesse desafueros.
 
Acabado lo que hemos referido,
Arbistes al guerrero ha suplicado
le diga de qué partes ha venido 
o quién a tal lugar le ha encaminado,
porque valor tan alto y tan subido
nunca en hombre mortal ha sido hallado;
assí, le suplicó que le contasse
lo que sin pesadumbre más gustasse.
 
Hízolo con afable cortesía,
dándole de sus cosas cuenta entera,
y que por línea recta decendía
de Achiles, que en aquel reyno naciera.
Mas que sola la fama le movía
a pisar de la Achaya la ribera,
donde pensaba eternizar su nombre
despertando de Achiles el renombre.
 
Y que ver sus parientes desseava,
hollando aquella tierra venturosa
donde su padre, en tanto que acá estava,
passó el tiempo y la vida provechosa,
porque de esta manera lo avisava
la reyna de la mar y sacra diosa (24),
como quien claramente conocía
que de su estirpe y casa procedía.
 
Quedó admirado Arbistes grandemente
oyéndole contar la alegre historia
y cómo era de Achiles decendiente
(cuya grandeza al mundo fue notoria).
Ve también que el guerrero es tan valiente
que no será su fama transitoria,
y que muestra en sus obras y proeza
el orgullo de Achiles, y braveza.
 
Assí, tiene por cierto y verdadero
el cuento que el galán ha referido,
y reconoce en él el pecho fiero  
del hijo de Peleo esclarecido (25).
Y díxole: "Gallardo cavallero:
por merced singular os ruego y pido
os sirváys de mi casa y mi hazienda,
en bien o en mal, en paz o en contïenda.
 
Aquí donde me veys también deciendo
del mesmo ramo vuestro y parentela,
mas ser hijo de Achiles no pretendo,
dado que Tetis es mi visagüela.
Assí, por este lado, cierto entiendo
que sube mi nobleza tanto, y buela,
quanto fue la de Achiles en la madre,
aunque somos diversos en el padre.
 
Pero dado que aquesto no se hallara
y que fuera la sangre diferente,
a daros quanto puedo me forçara
el beneficio y la merced presente;
quanto más, que virtud tan alta y rara,
y pecho tan osado y tan valiente,
ha de ser de los hombres adorado
y de los altos dioses bien premiado.
 
Mi reyno es poco y mi poder medido (26),
pero mi voluntad no es limitada,
la qual, en quanto fuéredes servido,
será por vuestra mano governada."
Mostróse Clarimante agradecido
y acompañóle en toda su jornada,
la amistad en mil cosas confirmando
y para lo futuro se adunando.
 
Quédense agora aquí, que me es forçoso
bolver a los que os dixe que partieron
del bello alcáçar y lugar hermoso, 
quando sin dilación se dividieron.
Al mandato y preceto provechoso
de la potente maga obedecieron,
siendo Sarpe, magnánimo y guerrero,
en salir, de todos, el primero.
 
Nunca se avía olvidado del sucesso
que en el hermoso prado ha acontecido,
quando por medio el monte y soto espeso
baxó quien le ha robado su sentido,
y quando la está oyendo al caso avieso,
una grande trayción le ha sucedido:
quatro fuertes guerreros que llegaron
llevársela por fuerça procuraron.
 
Acuérdase que dos le acometieron
con diestro brío y con braveza horrenda,
mas poco mal al frigio pecho hizieron;
antes ha muerto el uno en la contienda.
Los otros dos, la dama le cogieron,
a sus cavallos dando larga rienda,
sin poder el guerrero remedialla
por estar impedido en la batalla.
 
Mas al uno dexando malherido
y al otro, como dixe, en campo muerto,
por el lóbrego bosque se ha metido.
Estando del camino y senda incierto,
acuérdasse que, andando assí perdido,
le ha salido en aquel solo desierto
a hablar la gran maga, do ha quedado
dentro del fuerte sitio aposentado.
 
Todo se le figura y representa
soplando el fuego y la amorosa llama,
considerando el trance y dura afrenta
en que estaría la inocente dama.
Con esto, el sentimiento se acrecienta,
a sí mismo se riñe y se disfama 
llamándose covarde y descuydado,
pues tanto en darla ayuda se ha tardado.
 
Avívase en su pecho la figura
que en él dexó el amor tan dibuxada,
quando con aquel cielo de hermosura
quedó su voluntad enhechizada;
mas lleva confiança en su ventura
y en Flavisa, que guía su jornada,
que no le ha de faltar tiempo de hallarla
y de qualquier sucesso libertarla.
 
Tres días y tres noches sin reposo
caminó por desiertos y poblados,
metido en su discurso congoxoso,
absorto en sus afetos y cuydados.
Mas, quando al quarto día el sol lumbroso
dorava las florestas y los prados,
y la rosada diosa (27) humedecía
las flores que en el soto y valle avía,
 
entonces descubrió una hermosa vega
de huertas y jardines adornada,
que un caudaloso río en torno riega
haziéndola más fértil y agraciada,
cuya mansa corriente al sitio llega
donde una gran ciudad está fundada,
que parece que allí Natura quiso
hazer un deleytoso paraýso.
 
Maravíllase ver la alta muralla,
las puertas, barvacanas (28), torreones,
y la cava que viene a rodealla
con sus anchas traviessas y pontones (29)
Para qualquier encuentro de batalla
ay fuertes cubos, máchinas, bestiones (30)
y otros grandes pertrechos y aparexos
que dan gusto mirados aun de lexos.
 
Mira llena la vega deleytosa
de gente bien apuesta y bien tratada,
que en la conversación dulce y sabrosa
gozavan la frescura y alborada:
tanta dama bizarra y tan hermosa,
tanto galán y gente adereçada,
tanta riqueza de oro, plata y perlas,
que causa admiración y espanta el verlas.
 
Todos se suspendieron y admiraron
viendo el joven gallardo, valeroso;
al camino en tropel se avezinaron
por gozar del objeto prodigioso.
Las armas y labor consideraron,
pero más el cavallo tan famoso,
que, como de unicornio avía nacido (31),
era sobre otros mil esclarecido.
 
Levantando algún tanto la visera (32),
preguntó a los que a verle avían llegado
qué ciudad, qué pueblo y lugar era,
y a quién sugeto estava aquel estado.
Un galán, cortesano en gran manera
entre todos tenido, y respetado,
ha tomado la mano en responderle
 para poder mejor satisfazerle.
 
"-Ronda (33) -dixo-, el lugar que veys se llama,
de antigua fundación y fértil tierra,
celebrado en el mundo por la fama
que tiene en el bullicio de la guerra.
Y por muchas regiones se derrama
el nombre del que dentro de él (34) se encierra,
que es un príncipe tal en su persona,
qual la parlera diosa (35) de él pregona.
 
Su nombre y su apellido es Theodoreto,
afable sobre quantos han nacido,
cortesano, magnánimo, discreto,
llano y en todo estremo comedido;
aunque agora está puesto en un aprieto,
el más adverso y grave que se ha oýdo,
por la gran liviandad de una hija suya
a quien el alto Júpiter destruya.
 
Pero los sacros dioses lo han guiado
trayéndolo a tal punto y coyuntura
que ella pague su público pecado
y nosotros quedemos con ventura.
Oy será su castigo secutado
conforme a su maldad y gran locura,
como lo podréys ver de aquí a un momento
en aquel cadahalso y alto assiento.
 
Y pues os he ya dicho brevemente
lo que a vuestra pregunta convenía,
os pido (si el negocio lo consiente),
me digáys el intento que aquí os guía;
que entended que estáys oy ante una gente 
de suma humanidad y cortesía,
y que todos pornemos honra y vida
por que vuestra persona sea servida."
 
El valeroso frigio le responde:
"-Sabed, señor, que soy aventurero,
y, sin determinar cómo ni dónde,
busco vengar qualquiera desafuero;
assí, me da pesar si se me esconde
lo que yo (como devo a cavallero)
puedo bien remediar con dura guerra,
librando de tyranos la ancha tierra.
 
Y por esto os suplico me deys cuenta
del negocio de aquessa infeliz dama,
por ver si con razón sufre la afrenta
o el vulgo falsamente la disfama;
muchas vezes la turba alharaquienta (36),
sin saber lo que es honra o lo que es fama,
pone en el duro tranze de la muerte
las damas de más nombre y mayor suerte."
 
El cavallero dixo: "-No se ignora
que infinidad de vezes acontece,
y que la gente vil, disfamadora,
a quien es más perfeto, más empece;
pero el hecho que ha obrado esta traydora
(a quien el cielo y tierra oy aborrece)
no se puede dorar (37), ni hallar salida
que la escuse de muerte y la dé vida, 
porque de esta manera passa el cuento:
 
huvo en aquesta (38) tierra un cavallero,
ilustre en sangre y de alto pensamiento,
que fue en su edad primera gran guerrero;
mas, conforme a sus partes y talento,
era poca la renta y el dinero;
assí, en esta ciudad se entretenía
y a Theodoreto, príncipe, servía.
 
Tuvo un hijo gallardo y valeroso,
entre los destos reynos estimado,
que, fuera de ser diestro y animoso,
a todos excedía en bien criado,
y, aunque no era tan rico y poderoso,
de Oroncia la cruel se ha enamorado
(que assí se llama aquella perniciosa,
al mundo todo, con razón, odiosa).
 
El desdichado joven la servía,
mas ella como un áspid le tratava,
y quanto más el joven la quería,
tanto ella más estraña (39) se mostrava.
Fue creciendo el amor de día en día,
pero poco al galán aprovechava,
porque estava con otro ya prendada
y a su querer ilícito entregada.
 
Vínole aborrecer de tal manera
que, por medio de aquel su enamorado,
pensando que ninguno lo entendiera,
una noche la vida le ha quitado,
y para que su padre no siguiera
la causa del mancebo mal logrado,
la enemiga cruel hizo de suerte
que también le entregó a la dura muerte.
 
Viendo impiedad tan grande Theodoreto, 
como justo y de intentos más que humanos,
en público procura, y en secreto,
sacarlo (40) de sus fieles cortesanos.
Grandes cosas promete, y en efeto,
hállalos inocentes y muy llanos (41),
y que ninguno de ellos aun sabía
el lastimoso estrago y mal que avía.
 
En secreto passava el sentimiento
que la maldad horrible le causava,
sin dar punto de huelga (42) al pensamiento
en traçar cómo hallar lo que buscava.
Oroncia, conociendo el justo intento
con que el padre aclararlo desseava,
viendo que al cabo al cabo (43) lo sabría,
determinó acabarle cierto día,
 
para lo qual, llamando una donzella,
amiga y secretaria (44) de su pecho,
con ruegos, al fin, vino a convenzella
fuesse la medianera de aquel hecho.
Concertó que a su padre le diesse ella
veneno en la bevida, bien deshecho,
el qual le dio a su amada secretaria;
mas salióle la traça muy contraria,
 
porque los altos dioses han movido
el pecho de la injusta medianera,
y a un galán que era de ella conocido,
la verdad le ha contado toda entera,
y cómo a padre y hijo ha concluydo, 
con pecho de una tygre hircana fiera,
y que aun a Theodoreto avía ordenado
sugetar a la muerte y duro hado.
 
Era primo de Oroncia, dicho Arcendo,
el qual a nuestro príncipe fue luego
y, todo lo passado refiriendo,
descubrió la maraña y mortal fuego.
Theodoreto, tal cosa no creyendo,
quiso experimentar la traça y juego;
assí, aguardó hasta el punto señalado
en que el mortal veneno le fue dado,
 
y, haziendo la devida esperïencia,
halló que era verdad averiguada,
y conoció con clara y cierta ciencia (45)
ser Oroncia en tal caso la culpada.
Averiguó también con evidencia,
que por la industria de ella fue traçada
la muerte que los tristes padecieron
en pago de lo mucho que sirvieron.
 
Tiénela condenada justamente
a que entregada sea a los leones,
para que pague el daño y mal presente
y la muerte de aquellos dos varones.
Esta es toda la historia brevemente,
por no os cansar con largas narraciones.
Ved si merece (46) bien qualquier castigo
quien hizo las trayciones que aquí digo."
 
Sarpe (que un no sé qué le abrasa el pecho),
dixo al galán: "-Pues ya avéys començado,
llevadme al cadahalso que está hecho
y ponedme en lugar acomodado, 
que quiçá seré yo de algún provecho
en negocio tan grave y no pensado,
porque yo estoy muy cierto, y no me engaño,
no ser causa la dama de esse daño."
 
Al sitio sobredicho entrambos fueron,
poblado ya de inumerable gente,
y en lugar oportuno se pusieron
para ver el castigo y mal presente.
Estando allí parlando luego vieron,
por la puerta salir que mira a Oriente,
a Theodoreto y muchos cavalleros,
del lugar unos y otros forasteros.
 
Cubiertos van de luto y de tristeza
por el grave sucesso de aquel día,
viendo en punto tan triste y tal baxeza
aquella sola hija que él tenía.
La madre viene allí, cuya estrañeza (47)
y sentimiento grande que hazía,
forçava a que en su llanto la ayudassen
quantos humanos ojos la mirassen.
 
Muchas damas procuran su consuelo,
mas no ay lugar en semejante caso;
maldice el mar, la tierra, el viento, el cielo,
que se ha mostrado en socorrerla escaso.
Apartada gran trecho, por el suelo
rastrando (48) traen, con moderado passo,
a la infeliz Oroncia, y mil donzellas,
llorada con razón de todas ellas.
 
Las madexas de Arabia deshazían
y sus hermosos rostros afeavan,
con la increýble pena que sentían 
quando a mirar la dama reparavan.
En sus nevados pechos imprimían
las atrevidas manos, que empleavan
en dar muestra del grave sentimiento
que les causava el ver aquel tormento.
 
Gran (49) gente de a cavallo y gente armada
alrededor venía por más seguro (50),
para que no pudiesse ser robada
ni se librar de aquel (51) peligro duro.
Con osadía loca y desmandada,
Arcendo, infame y pérfido perjuro,
le dize mil palabras afrentosas,
siendo más que el castigo rigurosas.
 
Llegados al lugar los cavalleros,
dexando a Theodoreto en su alto asiento,
ocupando lugares y maderos (52)
aguardaron el fin del grave cuento (53).
Admirados están los forasteros
de ver el rostro y poco sentimiento
que el príncipe mostrava en aquel día
en que su casa y sangre fin hazía.
 
La congoxada madre avía llegado
y puéstose en el sitio competente,
para ver el sucesso desdichado
de su única heredera e inocente.
Veys aquí llega Arcendo apresurado,  
y con él las donzellas y la gente,
y, desatando a Oroncia, la ha subido
al lugar para aquesto prevenido,
 
porque en el cadahalso, hazia una parte,
estava un enrrejado apartamiento,
el qual en dos estancias se reparte
para el cruel efeto del intento:
la una obrada estava con mucha arte,
que era de los leones aposento,
con una angosta y levadiza puerta
que con facilidad quedava abierta.
 
El otro medio sitio y enrrejado
era para que echada Oroncia fuesse
y su cuerpo quedasse destroçado,
pero ningún león de allí saliesse.
Estava lo demás desocupado,
porque mejor la gente descubriesse
la condenada dama que allí estava
la sentencia aguardando atroz y brava.
 
Presas tiene las tiernas, blancas manos,
con fuerte lazo y áspera atadura,
tratada por los impíos inhumanos
conforme al disponer de la ventura.
Levanta los dos soles soberanos
a pedir el remedio de la altura,
derramando de lágrimas ardientes
caudalosos arroyos y corrientes.
 
De un vil sayal (54) cubierta va y vestida,
sin adereços otros ni otro ornato.
La dorada madexa descogida
que parece del Sol vivo retrato.
Luego que ante su padre fue traýda,
sin hablarla suspenso estuvo un rato, 
después del qual la dixo lo que pienso
dezir en otro canto por estenso.
 
CANTO XXVI

 

NOTAS:

 

(1) Se trata de Filipo II de Macedonia (359-336 a. C.), padre de Alejandro Magno, a quien se hace referencia en el verso 14. Según Martínez, Filipo no se confíaba ni aun sabiendo que las cosas le iban bien, ni con el respaldo de su hijo (que ya había nacido) y sigue luchando ('no fixa el pie en aquesto ni se ceva').

 

(2) cevarse: 'cebarse', "cebarse uno en alguna cosa, entrarse en ella sin orden" (Cov.).

 

(3) Cneo Pompeyo (106-48 a. C.). General romano que formó parte del primer triunvirato junto a Craso y César. Precisamente éste último se impondrá a quien fuera su amigo en la batalla de Farsalia (48 a. C.). Posteriormente fue asesinado en Egipto.

 

(4) Cayo Julio César (c.102-44 a. C.). General y Dictador romano. Tras derrotar a Pompeyo (vid. nota anterior), obtiene en Roma el poder perpetuo, pero es asesinado por unos conjurados, el 15 de marzo del año 44 a. C.

 

(5) Con este nombre podemos citar al menos a tres personajes romanos: Lucio Tarquino el Antiguo (656-578 a. C.), Lucio Tarquino el Soberbio (m. en 494 a. C.) y Sexto Tarquino, hijo del anterior. Todos ellos destacaron por cualidades negativas, como la soberbia, la crueldad o la avaricia.

 

(6) Los Marios son: Cayo Mario (156-86 a. C.), general romano que participó en el sitio de Numancia y en la guerra contra Yugurta, y su sobrino, Cayo Mario el Joven (109-82 a. C.), cónsul. Emilio fue el segundo hijo de Ascanio y se le supone fundador de la ilustre familia Emilia.

 

(7) Xerges es, seguramente, Jerjes I (519-465 a. C.), rey de Persia que sometió a Egipto e invadió Grecia. Artabano podría ser Artabán IV, rey de los partos, muerto por Artajerjes, rey de los persas que lo acusaba de haber matado a su padre Jerjes. Polícrates, tirano de Samos, muerto en el año 522 a. C., acumuló un enorme poder que administraba con una crueldad que lo distinguió en su tiempo. Murió ahorcado por orden de un gobernador persa.

 

(8) Casio es nombre de muchos romanos ilustres, pero tal vez Martínez se refiera a Cayo Casio Longino, que fue cuestor de las tropas de Craso y uno de los asesinos de Julio César. Belisario fue un general bizantino (494-565) que destacó durante el reinado de Justino y, sobre todo, en tiempos de Justiniano. Mitrídates fue el nombre de varios reyes del Ponto, pero es probable que Martínez se refiera a Mitrídates VI el Grande (131-63 a. C.), que conquistó varios territorios en Asia, incluyendo gran parte de los dominios romanos. Fue derrotado por Pompeyo en Crimea y se hizo dar muerte por un soldado.

 

(9) Narsés (472-568) fue un héroe del tiempo de Justiniano I. De origen armenio, se introdujo en palacio como prisionero de guerra y logró, después, convertirse en el favorito del emperador. Llegó a ser gobernador de Italia. En cuanto a Darío, cabe pensar que aquí se hace referencia a Darío I, rey de Persia (550-485 a. C.), uno de los grandes conquistadores de la antigüedad y padre de Jerjes (vid. nota 7). Fue hijo del sátrapa Histaspes y llegó luego a ser rey, tal vez por eso lo incluya aquí Martínez. Justino I, emperador de Bizancio (450-527), llegó al trono desde el generalato tras la muerte de Anastasio.

 

(10) No hemos localizado a estos dos personajes.

 

(11) Viriato, como es sabido, se sublevó contra el poder romano desde su humilde condición de pastor. Era lusitano y vivió en el siglo II a. C. Artaxerxes (Artajerjes), no nació 'de gente popular', pues cómo ya se dijo arriba (nota al verso 23), fue hijo de Jerjes, rey de Persia. Perseo es un personaje mitológico, hijo de Zeus y Dánae. Acrisio, padre de esta última, arroja al mar, en un arca, a Perseo y a su madre, temeroso de que se cumpla la profecía según la cual él moriría a manos de un hijo de Dánae. Madre e hijo se salvan y son recogidos por el pescador Dictis, quien les ayuda a salir adelante. A esta crianza humilde se refiere aquí Martínez.

 

(12) Publio Elio Adriano, emperador de origen hispánico, reinó desde el 117 al 138 y logró llegar a la cabeza del Imperio con su esfuerzo y sus hechos bélicos. Marco Aurelio Probo, emperador romano que llegó a tan alto estado desde su calidad de general distinguido, reinó desde el 276 al 282. Demetrio quizá sea Demetrio I, caudillo macedonio (337-283 a. C.) que, tras sus conquistas, logró el poder durante ocho años. Ptolomeo puede ser Tolomeo I (360-283 a. C.), rey de Egipto, hijo natural de Filipo de Macedonia, que fundó la dinastía de los Lágidas.

 

(13) discurso: "la carrera, el camino que se hace a una parte y a otra, siguiendo algún rumbo" (Aut.).

 

(14) Parece referirse a la Fortuna, de la que tanto ha estado hablando en los versos anteriores. La denomina 'fatal e inexorable' por su carácter firme al ejecutar la sentencia que, en este caso, es la cercanía de la muerte. Para 'fatal', vid. nota a XIV, 626.

 

(15) recato: "el estar sobre aviso y cuidado, no se fiando de todos" (Cov., s. v. 'recatarse').

 

(16) espaldar: "armadura de la espalda, como peto la del pecho" (Cov.).

 

(17) buelto: 'vuelto', "vale algunas veces mudado, como vuelto el color" (Cov.).

 

(18) parasismo: "los accidentes del que está mortal, cuando se traspone, los llamamos vulgarmente parasismos" (Cov.).

 

(19) Otros ejemplares se ajustan a un segundo estado en el que leemos 'valor de su cnemigo', entre ellos, BPT1, BNM3, RAE y Boston.

 

(20) Los ejemplares que se ajustan al segundo estado de este cuadernillo leen 'alcançó Clarimante'. Vid. nota 19 de este mismo canto.

 

(21) Transcribo 'a' en lugar de 'ha', que es lo que figura en el original, aparentemente por error.

 

(22) guardabraço: 'guardabrazo', "armadura de acero para cubrir y defender el brazo" (Aut.).

 

(23) El 'negro lago' es la laguna Estigia, a las puertas del reino de los muertos.

 

(24) Se refiere a Tetis, la madre de Aquiles, que como se recordará, se apareció a Clarimante en forma de ninfa en el canto XXIII. Tetis era una de las Nereidas, hija de Nereo y de Dóride, la hija del Océano.

 

(25) El hijo de Peleo es Aquiles.

 

(26) medido: alude a la escasez de su poder, que lo tiene medido, tasado.

 

(27) La Aurora.

 

(28) barvacana: 'barbacana', "la muralla baja, cerca del foso, que está delante del muro" (Cov.).

 

(29) traviessa: 'traviesa', "lo mismo que travesía" (Aut.). Pontón: "puente pequeño, que regularmente es de madera" (ibídem).

 

(30) cubo: "es el torreón de la muralla o fortaleza, por ser redondo o ochavado o cuadrado" (Cov.). Máchina: 'máquina', "máquina bélica es la que hace el ingeniero para dañar a los contrarios; éstas son muchas y varias" (ibídem). Bestión: "cierto género de fortificación en los reales, cuasi 'bastión', por estar abastecido y cargado de piedra basta y los demás materiales, o porque los que suben a pelear desde el bestión están como sobre alguna gran bestia a caballo, señoreando los contrarios" (ibídem).

 

(31) En efecto, Corvato, el caballo de Sarpe, había nacido de unicornio y yegua. Vid. II, 629 y la nota a este verso.

 

(32) visera: "un género de celada en el almete, que se levanta y se cierra, dejando tan solamente una abertura por donde pueda pasar la vista" (Cov.).

 

(33) Sobre este topónimo, vid. el estudio preliminar en el capítulo dedicado al espacio y al tiempo del relato.

 

(34) Sustituye a 'lugar', en el verso 401.

 

(35) La Fama.

 

(36) alharaquiento: que hace alharacas, "es un desasosiego y alboroto que alguno tiene con demasiado sentimiento y movimiento de cuerpo por cosa de poco momento y todo se le va en quejas y amenazas" (Cov., s. v. 'alharaca').

 

(37) dorar: "metaphóricamente vale encubrir los defectos de alguna cosa, refiriéndola y exornándola de tal manera que parezca buena" (Aut.).

 

(38) En el original se transcribe 'en esta'. Corrijo la errata ateniéndome a las enmiendas de Murcia de la Llana.

 

(39) estraño: despegado, esquivo. Vid. nota a IV, 391.

 

(40) sacar: "metaphóricamente vale obligar a alguno a que diga lo que tiene oculto o callado" (Aut.).

 

(41) llano: 'hombre llano', "el que no tiene altiveces ni cautelas" (Cov., s. v. 'llano').

 

(42) huelga: "placer, regocijo, junta en el campo que tiene en sí recreación y amenidad" (Cov.).

 

(43) al cabo al cabo: "por último, al fin" (Aut.).

 

(44) secretaria: "la muger a quien se encarga u de quien se fía algún secreto que se le comunica" (Aut.).

 

(45) ciencia: "es el conocimiento cierto de alguna cosa por su causa" (Cov.).

 

(46) En el texto se lee 'mereces', errata corregida en los preliminares, que transcribo correctamente atendiendo a este testimonio.

 

(47) estrañeza: 'extrañeza', "en cierto modo enajenamiento de la voluntad en el trato y comunicación de una personas con otras" (Aut.).

 

(48) rastrar: "lo mismo que arrastrar, que es como ahora se dice" (Aut.).

 

(49) gran: parece referirse aquí a cantidad, como 'mucha gente'. Cov. dice que gran "se pone por grande, como: gran señor, gran caballero, gran necesidad, gran gente".

 

(50) seguro: "seguridad" (Fontecha).

 

(51) Nuevamente se produce una errata detectada por Murcia de la Llana. En este caso, el texto recogía 'ni se librar del'.

 

(52) Parece metonimia por gradas o andamios, seguramente de madera, para presenciar el ajusticiamiento.

 

(53) En el otro estado que afecta a las páginas de este cuadernillo (de signatura Mm en el original), está escrito 'el fin del del grave cuento'. Vid. nota 19 del presente canto.

 

(54) sayal: "tela mui basta, labrada de lana burda" (Aut.).