Verdadero govierno desta Monarchía Tomás Cerdán de la Tallada Editado por Belford Moré
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Prólogo al lector
orque no os parezca, lector amigo, arrogante el argumento deste libro ni tan difficultoso el subjecto que para salir con el intento he tomado, hos quiero traer a la memoria lo que es por todos tan sabido: es a saber, que todas las cosas dependen de alguna causa y de algún principio y que por él se goviernan y se sustentan o se destruyen. Y assí entendiendo esto tan de rayz el summo Artífice, siéndole todo y manifiesto para el universal sustento y conservación de todo el orbe, ordenó el movimiento de los cielos, del sol, la luna y las estrellas, dándoles sus influencias y naturales inclinaciones. Y que con ellas, como de un principio y de una causa se engendrassen y tuviessen vida y el sustento las demás pa- /7r/ -ra el servicio del hombre. Y a éste porque durasse le dio los preceptos morales, que todos ellos dependen del amor del próximo, el qual tiene su principio y descendencia como de una causa del amor de Dios.
Assí, también en imitación desto hemos tomado para el universal govierno desta Monarchía por causa y por un principio la conservación de la paz, pretendiendo que deste sólo depende la conservación de todas las cosas y que della depende como de un principio todo lo que advirtió el Philósopho en la Éthica, acerca de las virtudes morales, que están endereçadas al govierno que cada qual deve tener en su persona. Y lo dixo en la Económica, que tiene respecto al govierno que cada uno ha de tener en su casa (de las quales habló también el sabio Rey Don Alonso[1] en sus leyes de la segunda Partida), y todo /7v/ lo que enseñó en la Política, mostrando cómo se havía de regir y governar un reyno o república. Porque está claro que, si cada uno tuviesse paz en su espíritu y en su casa, y en los ministros della y su república, que no havría más que dessear para un buen govierno.
Repartiendo la obra en quatro partes, con el estylo más breve que me ha sido possible, teniendo más cuenta con el beneficio que della podía resultar que con hazer grande volumen, por lo que he sido siempre amigo de effectos. La primera parte tiene respecto a la conservación de nuestra religión Cristiana, de la qual no he querido tratar en particular más de lo que digo en los capítulos segundo, tercero y quarto; contentándome para prueva desto, con lo que se ha visto en nuestros tiempos en Alemaña, Francia y Flandres a esta causa, con lo que ya tenía escrito Macha- /8r/ -vello en sus discursos en el capítulo doze, con otros del libro primero. Y la segunda, y la qual doy por primera, por lo dicho, que es la que al presente tengo sacada en limpio, que trata de la administración de la justicia; y que los muchos pleytos impiden la paz y por qué caussa se multiplican. Para que entendidas, se le apliquen los remedios necessarios para la conservación della, como tan necessaria para la conservación desta Monarchía. En la segunda trataremos que, con la abundancia de los frutos, procurando que se vendan por justo precio, y que no se hagan manipodios, acerca dellos se conserva la paz en la república, y de las causas de donde nacen las discordias, y las guerras civiles, y de los daños que por ellas se engendran, y juntamente de los remedios para atajarlas e impedirlas. Y en la tercera, que la una de las más principales causas que /8v/ impiden la paz es hazer los príncipes y reyes la guerra sin justa causa y quando no es menester, y dexarla de hazer quando es necessaria. Bien conozco que quanto hay de utilidad y aprovechamiento en el intento y en lo que se promete, hay de falta de habilidad y de talento en el Auctor. Ésta suplirla heys vos, lector benévolo, leyendo la obra con mucha consideración, puesta en el aprovechamiento de la República Cristiana y haziendo el officio de buen amigo en su ausencia, dexandoos de más exhortar, por no offenderos. Vale.
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