YO, EL REY.
- Juan de Amezqueta (5) .
- El secretario, Thomás Gracián Dantisco (6)
Alonso de Vallejo.
El licenciado Murcia de la Llana (12).
Muy ilustre Ayuntamiento:
- Del autor a su obra.
- Soneto (72).
- Andad, libro, y poned vuestra baxeza
- en las manos de aquéllos en quien fío,
- que quanto mal lleváys del poder mío,
- tanto bien sacaréys de su grandeza.
- Quisiéraos dar de estilo más alteza,
- por conocer que el vuestro es corto y frío;
- mas contentaos, que en este tal desvío,
- quien mal compuso bien os endereza.
- Y advertid más, en estos trances tales,
- si amor no me disculpa, que yo he sido,
- por mirar vuestro bien, el perdidoso,
- pues alca[n]çamos suertes desiguales:
- que yo ganaré nombre de atrevido
- y vos le ganaréys de muy dichoso.
- De doña Lucía de Guzmán y Toledo (73) al autor.
- SONETO.
- ¿Quál te engrandezca más y más te ilustre?
- ¿El premer fundador de tu edificio
- o el estilo gallardo y artificio
- con que Eugenio Martínez te hace ilustre?
- ¡O ínclita ciudad, de España el lustre!
- A resolver no alcança mi juÿzio:
- éste te funda, estotro te da el quizio (74)
- con que el tiempo tu nombre no deslustre.
- Si el fundador principio es de tu gloria,
- Eugenio immortal haze tu grandeza.
- El fundador te puso en edad tierna,
- Eugenio perpetúa tu memoria.
- El fundador origen dio a tu alteza
- y el gran Eugenio la haze sempiterna.
- A la ciudad de Toledo y su historiador,
- el complutense Damelo (75).
- Soneto.
(1) discreto: de 'discernir', "vale vulgarmente distinguir una cosa de otra y hacer juicio dellas; de aquí se dijo 'discreto', el hombre cuerdo y de buen seso, que sabe ponderar las cosas y dar a cada una su lugar" (Cov.). Aut. añade: "se llama también al que es agudo y eloqüente, que discurre bien en lo que habla o escribe".
(2) Los ejemplares que conservan la portada presentan dos estados en este caso. BNM7 lee 'primera parte', con letras minúsculas. Julián Martín Abad señala tres estados de la portada añadiendo al anterior uno más, que se caracteriza por no llevar ninguna indicación que señale que estamos ante la primera parte (Julián Martín Abad, La imprenta en Alcalá de Henares (1601-1700), Madrid, Arco/Libros, 1999, vol I, pp. 133-135). En los ejemplares que nosotros hemos cotejado (la inmensa mayoría, vid. el capítulo dedicado a los problemas textuales), no se halla ningún caso de este tercer estado, que sí hemos constatado, no obstante, en la reproducción que de la portada incluye Vindel en su manual (vid. Francisco Vindel, Manual gráfico-descriptivo del bibliófilo hispanoamericano (1475-1850), Madrid, Imprenta Góngora, 1930-1934, 12 vols., vol. V, p. 279, nº. 1626).
(3) Se refiere aquí a la pragmática que regulaba la impresión de libros y que, promulgada en Valladolid el 7 de septiembre de 1558, fue "modificada en sentido restrictivo por disposiciones posteriores", y "en sus elementos esenciales estuvo en vigor hasta la caída del antiguo régimen". (Vid. Jaime Moll: "Problemas bibliográficos del libro del Siglo de Oro", BRAE, LIX, 1979, pp. 49-107).
(4) tenor: "constitución u orden firme y estable de alguna cosa" (Aut.).
(5) La firma de Juan de Amezqueta figura también en El viaje entretenido de Agustín de Rojas, con fecha de junio de 1603, y en la primera parte del Quijote, por citar sólo dos ejemplos.
(6) Tomás Gracián Dantisco: Hijo del humanista Diego Gracián de Alderete y hermano del escritor Lucas Gracián Dantisco, autor de Galeoto español. Nació en Valladolid, en 1558. Fue secretario de lenguas de Felipe III, y escribió un tratado sobre el arte de escribir cartas. "Los nombres de Diego, Lucas y Tomás [Gracián] figuran a menudo al pie de las aprobaciones, a veces con algún comentario o nota aclaratoria, significativa (...) para aquilatar su actitud hacia las letras, sus gustos y su cultura." (Margherita Morreale, edición de Lucas Gracián Dantisco, Galeoto español, Madrid, C.S.I.C., 1968, p.11). Es recordado por Cervantes en el "Canto de Calíope" de La Galatea y en el Viaje del Parnaso (VII, vv. 226 y sgtes.). Fue censor de El peregrino en su patria, de Lope de Vega, y recibió el elogio y la amistad de éste.
(7) La Tassa no figura en el ejemplar de la Biblioteca Nacional de Madrid que copiamos (BNM1). Transcribo aquí la de BNM4 que, a su vez, sustituye a la que traen algunos ejemplares y que contiene, además de un error en el cálculo de los maravedís, algunas variantes. Para facilitar el cotejo de esas diferencias, incluyo a continuación la tassa errónea, procedente del ejemplar BNM5: "TASSA" / Yo, Alonso Vallejo, escrivano de Cámara del rey nuestro señor, doy fe que, aviéndose visto por los señores dél un libro intitulado Genealogía de la toledana discreta, que compuso Eugenio Martínez, natural de la ciudad de Toledo, que con su licencia fue impresso, le tassaron a tres maravedís cada pliego. El qual tiene noventa y nueve pliegos, que, al dicho respecto, suma y monta docientos y noventa maravedís en papel. Y mandaron que al dicho precio se pueda vender y venda, y no a más, y que esta tassa se ponga al principio de cada volumen del dicho libro, para que se sepa y entienda lo que por ella se ha de llevar. Y para que dello conste, de mandamiento de los dichos señores del Consejo y pedimiento del dicho Eugenio Martínez, di esta Fe en la ciudad de Valladolid, a treze días del mes de Octubre. 1604. años. / Alonso Vallejo". Destaco en negrita las variantes más significativas que existen entre los dos estados de la tassa, sin tener en cuenta algunas comas dispuestas en lugares diferentes ni erratas de composición de palabras, como 'escriuano', que figura como 'escriuauo', 'uender' como 'ueuder' o una 'l' colocada al revés. No anoto en adelante ninguna de las variantes de la "tassa", para las cuales remito al lector a esta nota.
(8) La irregular edición ante la que nos encontramos hace que este precepto no se cumpla siempre, ya que un buen número de los ejemplares conservados vio la luz sin este documento, como ya se ha dicho en la nota anterior. Para lo referente a los distintos estados de la tasa, vid. el capítulo dedicado a los problemas textuales.
(9) La errata que aquí se señala con la referencia 56, 1, 31, se encuentra realmente en 55, 2, 31. Esto, unido a las muchas erratas que no son detectadas, nos da una idea de la escasa validez del presente documento, que no era más que un trámite que había de seguir el impresor, presentando el texto impreso al Consejo para que certificara su adecuación al original y consignara, de paso, las erratas detectadas. Parece evidente que este cotejo se realizaba someramente. (Vid. Jaime Moll, op. cit.). Más adelante, he incluido unos corchetes vacíos en los lugares que no contienen información o cuya lectura es muy dificultosa. Anoto también los errores más significativos de este documento.
(10) Uno de los errores de foliación que contiene el texto afecta precisamente a este número que, en realidad, se corresponde con el 250. El corrector ha pasado por alto esta deficiencia a la hora de corregir el texto.
(11) El error de numeración es ahora obra del propio Murcia de la Llana, pues el texto conserva aquí su foliación correcta. En realidad, esta errata se localiza en el folio 284, con la misma referencia de lado y verso.
(12) Francisco Murcia de la Llana fue médico y corrector de su majestad. Murió en 1639. Su firma figura en el Quijote de 1605, cuya 'fe de erratas' está fechada "en primero de diciembre de 1604 años", en el mismo Colegio de la Madre de Dios de los Teólogos. Avalle Arce dice que "no era ninguna garantía de corrección" (ed. de Cervantes, Persiles, Madrid, Castalia, 1978. p. 38, n. 2). De manera semejante se expresan Florencio Sevilla y Antonio Rey, quienes afirman que "se popularizó por el desaliño con que desempeñaba su cargo" (ed. de Cervantes, Teatro completo, Barcelona, Planeta, 1987, p. 6, n. 2). La toledana discreta es un ejemplo paradigmático de este mal hacer.
(13) reportado: "el hombre de buen seso" (Cov.). Aut. apostilla a su vez que es "el hombre templado, moderado en sus acciones y costumbres".
(14) suelta: "la que no está atada" (Cov.). Martínez parece referirse aquí a que la obra puede dar sensación de estar desordenada o falta de ilación; que no están bien trabadas sus partes.
(15) Ningún ejemplar corrige esta errata que, tal vez, habría que enmendar añadiendo la preposición de: "por ver lo mucho que ay de ellas".
(16) Esta afirmación (que parece dictada por la pasión del autor por su tierra) no deja de tener un alto grado de realidad en los tiempos en los que escribe Martínez, pues es sabido que Toledo fue la corte visigoda; se convirtió posteriormente en capital de uno de los muchos reinos de taifas en época musulmana; recibió, como sede de la corte, el título de ciudad imperial, de manos de Alfonso VI, tras la reconquista, en 1085; gozó de preponderancia en Castilla durante toda la Edad Media y, finalmente, fue cabeza del reino hasta los tiempos de Felipe II. Cuando Martínez redacta este prólogo, Toledo lleva poco tiempo sin ser capital. Para más información sobre este tema vid. Antonio Martín Gamero, Historia de la ciudad de Toledo, sus claros varones y monumentos, Toledo, Imprenta de Severiano López Fando, 1862, ed. facsímil en Toledo, Editorial Zocodover, 1979. El propio Gamero afirma que "nuestra ciudad presidió a las de la nación en todos sentidos hasta Felipe II" (p. 69).
(17) Como ocurre en la nota 13, falta aquí una preposición, pues lo más correcto parece que sería: "dexaren los contrarios a este parecer los antojos..." En el texto, por error, se transcribe antotojos. Rectifico esta errata no contenida en el testimonio de Murcia de la Llana. Antojos: "los espejuelos que se ponen delante de la vista para alargarla a los que la tienen corta" (Cov.).
(18) renuevo: "El vástago que echa el árbol, después de podado u cortado" (Aut.). La metáfora enlaza con otro juego similar en la nota 22.
(19) Pedro de Alcocer menciona a este rey Brigo como heredero de Túbal, de quien, al parecer, fue bisnieto: "Al qual [Túbal] succedió su hijo Ybero (...) que reynó 37 años, y sucedió en su lugar su fijo Iubalda, que reynó 64 años. Y luego, su hijo Brigo, por quien dizen que tomaron nombre muchos lugares que, en su tiempo, en España se poblaron, añadido el nombre de su fundador o governador, assí como la Cóbriga (sic), Miróbriga, Augustóbriga y otros muchos. Y, aviendo tenido Brigo el señorío de España 52 años, murió." (Pedro de Alcocer: Hystoria o descripción de la Imperial Cibdad de Toledo. Toledo, Juan Ferrer, 1554, ed. facsímil en Toledo, I.P.I.E.T., 1973, fol. IIII vto. He actualizado la puntuación y la acentuación). Las apreciaciones etimológicas que aventura Alcocer forman parte de su fantasía y de la fuente que sigue (Beroso Caldeo), según demuestra Rafael Lapesa: "Muchas ciudades fundadas por los celtas tienen nombres guerreros, compuestos con briga 'fortaleza' o sego, segi 'victoria'." (Lapesa, p. 19. La cursiva es mía). Entre otras, Lapesa cita, precisamente, Miróbriga (Ciudad Rodrigo) y Lacóbriga (Carrión).
(20) Este discurso patriótico predomina en todo el prólogo y, como se ve, pretende demostrar que España es el origen de todo el mundo antiguo. En el texto se verá que los principales protagonistas, procedentes de la estirpe de Héctor el troyano, fueron originarios de Toledo. Parece claro que, con estas afirmaciones, el autor nos va metiendo en la dinámica propia del poema, en el que se mezcla la realidad con la ficción, con claro predominio de esta última. Goci, es Gocia o Gotland, una isla sueca situada en el Báltico, a unos setenta kilómetros de la costa de Suecia. Frigia, región del Asia Menor en la que se sitúa la ciudad de Troya. No hemos hallado a esos autores tan graves de los que habla Martínez.
(21) Franco fue hijo de Héctor el troyano, y de él la leyenda ha hecho descender a todos los reyes francos. Se explica así, también, la gran fama de que gozó Héctor en la Edad Media, que le llevó a ser considerado uno de los Nueve Pares, prototipos de valor y esfuerzo en la historia antigua y en los primeros tiempos de la Edad Moderna. La leyenda de Franco (o Franción) y de la fundación de Francia se narra en el poema épico de Pierre de Ronsard (1524-1585), La Francíada (1572), siguiendo a Virgilio, en un tono fabuloso y fantástico.
(22) pimpollo: "las puntas del renuevo del árbol" (Cov.). Vid. la nota 18.
(23) Continúa el mismo tono de exaltación patriótica, concentrado ahora de forma especial en Toledo. Por supuesto, mo hay constancia de que los héroes épicos franceses procedan de España, del mismo modo que tampoco tienen nada que ver con ella los ingleses, ni los godos se originaron en Toledo. Es sabido, por otro lado, que añgún césar sí fue español. Con este planteamiento, Martínez produce una confusión entre la realidad histórica (claramente manipulada desde este prólogo) y la ficción novelesca que da pábulo al poema, dotando a éste de una coherencia propiciada por la creación de ese clima historicista que imprime con este tipi de afirmaciones.
(24) Error de concordancia. Tal vez lo más correcto sería "a quien en verso escrive".
(25) Se trata del Discurso en defensa de Aulo Licinio Arquías, de Cicerón, donde leemos que "todos los libros, todas las sentencias de los sabios, los ejemplos de la antigüedad, todos ellos estarían sumidos en las tinieblas, si no viniesen las bellas letras a sacarlos de la oscuridad". (Marco Tulio Cicerón, Discursos políticos y forenses, traducción, prólogo y notas de Agustín Blánquez, Barcelona, Ed. Iberia, 1981, p. 119). Vemos en la cita la referencia al ornato y difusión que la literatura aporta a las "grandes verdades". El discurso citado aquí por Martínez está entre los más divulgados de Cicerón. También lo cita, por ejemplo, Don Juan Manuel en el Libro infinido, para justificar, igualmente, lo valioso de dedicarse al oficio de las letras.
(26) Acerca de o sobre el estilo de los profetas.
( 27) Apoya Martínez su poema en la autoridad de otros muchos que escribieron en verso. Aquí cita a personajes bíblicos a quienes se atribuye la composición de libros poéticos: David es, tradicionalmente, uno de los autores de los Salmos; Jeremías, de las Lamentaciones y Salomón, del Cantar de los Cantares entre otros. Los tres libros están compuestos en verso lírico. En cuanto al Libro de Job, su redacción es también en verso, a excepción del prólogo y el epílogo, que son en prosa. En cualquier caso, de los citados sólo fueron profetas David y Jeremías. Salomón escribió, como se ha dicho, otros libros bíblicos (Eclesiastés, Proverbios, etc.) y se le atribuyen también varios libros apócrifos, pero sin duda, el número de tres mil es hiperbólico.
(28) Sabido es que la Eneida trata de la fundación de Roma por los descendientes de Eneas, héroe troyano que llevó allí a los dioses de su patria. En el poema de Virgilio se plantea así la procedencia troyana de los césares, descendientes de Julo (sobrenombre de Ascanio, hijo de Eneas, a su vez hijo de Anquises y Venus, lo que emparenta a los emperadores romanos con los dioses). Vid. Eneida, I, 257-296.
(29) Lucano y Silvio Itálico son escritores latinos del siglo I, famosos por sus epopeyas, que siguen, en cierto modo a la Eneida de Virgilio. M. Anneus Lucanus (m. en 65), sobrino de Séneca, escribió la Pharsalia, en diez libros, donde relata la guerra civil entre Pompeyo y César, tomando como héroe al primero. Silius Italicus (m. hacia el 101), fue autor de los diecisiete libros de las Punica, sobre las guerras contra Aníbal, donde sigue básicamente a Tito Livio.
(30) passar: "vale assimismo sufrir, tolerar o padecer" (Aut.). A pesar de su construcción pronominal, parece evidente que aquí ha de tomarse el verbo pasar en este significado de 'tolerar', 'consentir'. Es uno de los muchos casos de captatio benevolentiae que aparecen en el libro.
(31) Según Alcocer (op. cit.), que dice seguir a Beroso, Túbal "fue quinto hijo de Iaphet, hijo 3 de Noé", y llegó a España "a 143 años del diluvio, que fue 2166 años antes del advenimiento de Christo, según la menor cuenta" (Alcocer, op. cit., fol. III vto.). Añade Alcocer que en España se "asentó primero en la provincia de Cataluña (según se cree), no lexos del río Ebro, a donde dizen que reynó 155 años". La Biblia certifica la estirpe de Túbal: "Hijos de Jafet fueron Gomer, Magog, Madai, Javán, Túbal, Mosoc y Tiras" (Gen, 10, 2), pero no vuelve a hablar de él, si bien constata que de la descendencia de Noé "se dividieron los pueblos de la tierra después del diluvio". (Gen, 10, 32). En nota, los editores Nacar y Colunga afirman que "esta clasificación etnográfica [la del capítulo diez del Génesis] no es científica, y por eso las familias de pueblos se barajan con cierta libertad" (Sagrada Biblia, edición de Nacar y Colunga, Madrid, B.A.C, 1973, p. 1562).
(32) Esta opinión de Martínez se puede apoyar en una ojeada fugaz a la historia literaria anterior. En verso están escritos los grandes poemas épicos de la antigüedad (Homero, Virgilio...), y de la Edad Media (Poema del Cid, Chanson de Roland...). En verso se escriben, también, las primeras novelas de tema caballeresco y, por tanto, bélico (Chrétien de Troyes y gran parte de la tradición artúrica de los siglos XII y XIII). No obstante, Julio César o Tito Livio (por citar sólo a dos autores importantes), escribieron sobre las guerras en prosa.
(33) reboçar: 'rebozar o arrebozar', "metaphóricamente, encubrir, ocultar con dissimulo y artificio engañoso alguna cosa, disfrazarla para que tan fácilmente no se conozca" (Aut.).
(34) avisado: "vale también advertido, discreto, sabio y capaz" (Aut.). Cov. dice, a su vez, que "el avisado es de profundo entendimiento, y cala las cosas".
(35) Lemante es una invención de Martínez en la línea de los libros de caballerías, que atribuían sus historias a sabios antiguos, generalmente griegos u orientales. Como se verá más adelante, nuestro autor hace a Lemante contemporáneo de Beroso Caldeo, con lo que parece acercarlo más a la realidad. Sobre Lemante, vid., en el estudio preliminar, los capítulos dedicados al narrador y a las cuestiones estructurales y, además, infra, nota 47.
(36) Es una clara alusión al diluvio bíblico, punto de referencia para la fundación de España por Túbal, descendiente de Noé, según Martínez y sus fuentes. Vid. supra, notas 19 y 31.
(37) Cfr.: "...de los hechiceros, nigrománticos y encantadores, que no son menos pestilenciales y perjudiciales al género humano (...), entre los cuales los más nombrados fueron Zoroastes, Lucio Apuleyo y Apolonio Tianeo". (Antonio de Torquemada: Jardín de flores curiosas, ed. de Giovanni Allegra, Madrid, Ed. Castalia, 1983, p. 323). En nota a pie de página, Allegra dice que "la tradición sobre Zoroastro, maestro e iniciador del arte mágica, es de antigua raigambre clásica", y remite a Plinio en su Naturalis Historia, XXX, 25-26 (ibídem).
(38) No hemos podido documentar a este Paulo Rufino quien, al parecer, escribió sobre encantamientos.
(39) Posiblemente se refiera a unas lámparas perpetuas que lucían sin necesidad de cuidado en los templos de algunas divinidades paganas. Al parecer se alimentaban de un líquido inconsumible y, al ser abierto el recinto en el que se hallaban, se apagaban, sin duda al contacto con el aire exterior.
(40) No hemos podido localizar al noble nigromante al que alude Martínez. En cuanto a Medea, su fama de hechicera le viene dada por el rejuvenecimiento de Esón, su suegro, padre de Jasón, a quien hizo recobrar sus años jóvenes tras sacarle toda la sangre y poner en su lugar una serie de líquidos mágicos con los que obró el prodigio. El relato de este episodio mitológico aparece recogido en las Metamorfosis de Ovidio, libro VII, vv. 159-296 (vid . Ovidio, Metamorfosis, introducción y notas de Antonio Ramírez Verger. traducción de Antonio Ramírez Verger y Fernando Navarro Antolín, Madrid, Alianza Editorial, 1995, pp. 217-221).
(41) En el original se lee 'todos', lo que parece una clara errata que rompe la concordancia.
(42) tanteo: " metaphóricamente significa el juicio prudente o regulación cuerda que se hace en alguna materia, para que salga a medida y como se desea" (Aut.).
(43) En el cambio de página se observa una variante interesante, que sustituye la ç por una z, de manera que a la lectura que recojo ('fuerças'), se correspondería su variante fonética 'fuerzas'.
(44) La lectura del original nos ofrece 'suena', pero parece evidente que el autor quiso escribir 'sueña'.
(45) aplaçado: 'aplazado', "citado, llamado, convocado para tiempo y lugar determinado" (Aut.). En este caso está claro que se refiere a un momento posterior, tras un plazo arbitrado.
(46) llegar: "significa también alcanzar o tocar el término o blanco señalado física o moralmente" (Aut.).
(47) Beroso Chaldeo: historiador y sacerdote babilónico del siglo III a. C. Es una de las fuentes principales de los antiguos historiadores de Toledo (Alcocer, Conde de Mora, etc.). Vid. "Aspectos estructurales".
(48) Nada podemos decir de la supuesta relación de Lemante con Beroso, pues ya se dejó dicho arriba que aquél es una invención de Martínez (vid. nota 35). Se confirma aún más este extremo en el hecho de que ninguno de los cronistas que dicen apoyarse en Beroso menciona jamás al tal Lemante. El tono fabuloso de las afirmaciones que van adquiriendo las palabras de Martínez a continuación subraya todo lo dicho acerca del autor al que dice seguir.
(49) No hemos encontrado entre las obras de San Fulgencio de Ruspe (Cartago, c. 463-533) ninguna que lleve el título de Chronología. Tampoco San Fulgencio de Écija (+658) escribió, al parecer, nada con ese título, si bien fue contemporáneo de los visigodos y obtuvo la amistad y favores de Recaredo. No sabemos de ningún otro santo del mismo nombre que pueda ser el autor del libro que cita Martínez. Por su parte, Alonso Tostado (Madrigal de la Sierra, Ávila, principios del XV-1455) fue un escritor y religioso español, obispo de Ávila y autor de una extensa obra de contenido básicamente escriturístico. Tampoco hay constancia en ella de las afirmaciones de Martínez.
(50) La leyenda toledana de la cueva de Hércules y el Palacio Encantado, pretende explicar las causas de la entrada de los árabes a España y la pérdida de ésta por don Rodrigo. Cuenta que Hércules construyó un palacio en Toledo, en el que encerró una terrible profecía que vaticinaba la invasión de España por extranjeros. Cerró el palacio con un candado y ordenó que todos los que le sucedieran en el trono toledano hicieran lo propio, colocando cada uno un nuevo candado. Todos cumplieron esta ley hasta la llegada de don Rodrigo, el último godo, quien, picado por la curiosidad, traspasó el umbral del palacio tras forzar todos los candados que lo cerraban. Dentro, una atmósfera de terror se completaba con inscripciones que anunciaban grandes males al osado rey que había violado la tradición. En la última sala, un pequeño cofre contenía una tela, en la que estaban representados infinidad de árabes, y un texto que proclamaba que, cuando se encontrara esa tela, guerreros vestidos y armados como los del dibujo penetrarían en España y la dominarían. Se cumplía así la profecía de Hércules, y en el lugar donde estuvo el palacio, una amplia sima quedó abierta, a la que se dio el nombre de Cueva de Hércules. Una versión romántica de la leyenda se puede encontrar en Eugenio de Olavarría: Tradiciones de Toledo, Madrid, 1880, edición facsímil en Toledo, Editorial Zocodover, 1980, pp. 29-44.
La tradición del Palacio Encantado y de la Cueva de Hércules está documentada desde las crónicas medievales posteriores a la invasión de España por los árabes: "No será hasta el siglo IX, cuando un autor no español, el egipcio Ben Abdelhaken, muerto en 871, introduce el episodio (...), y hasta el 1240 no lo harán los autores cristianos, siendo el iniciador el Toledano, que lo copia de Rasis". (Fernando Ruiz de la Puerta: La cueva de Hércules y el Palacio encantado de Toledo, Madrid, Editora Nacional, 1977, p. 17. Ruiz de la Puerta recoge multitud de documentos que reflejan la leyenda mezclada con aspectos reales, y hace un exhaustivo estudio del tema). Por supuesto, la maga Flavisa no tiene nada que ver con la historia legendaria de la pérdida de España; forma parte de la ficción disfrazada de realidad que ha imaginado Martínez.
(51) luego: "al instante, sin dilación, prontamente" (Aut.).
(52) Esta frase es similar a la que incluye Cervantes al final de la primera parte del Quijote, tomada del Orlando furioso de Ludovico Ariosto: "forse altri canterà con miglior plettro" (XXX, estrofa 16, "quizá otro cantará con mejor plectro", en la traducción de Jerónimo de Urrea. Vid. Ariosto, Orlando furioso, edición y notas de Francisco José Alcántara, Barcelona, Planeta, 1988, p. 513). En cualquier caso, parece una invitación a continuar la obra que él ha empezado.
(53) regimiento: "se toma assimismo por el conjunto o cuerpo de regidores, en su concejo o ayuntamiento, de cada ciudad, villa o lugar" (Aut.).
(54) cuidado: "rezelo y temor de lo que puede sobrevenir" (Aut.).
(55) dexo: 'dejo', "el fin con que alguna cosa acaba y se deja en cuanto a los sabores. Lo último que queda de la cosa que se ha gustado llamamos dejo: buen dejo o mal dejo" (Cov.). Por su parte, Aut. lo define de la siguiente manera: "metaphóricamente se toma por el bueno o mal efecto que queda de alguna passión del ánimo, como de la virtud o el vicio". Sin duda, Martínez lo emplea aquí en sentido metafórico, aunque no exactamente como lo define Aut., sino más bien tomando para ello el significado recto que nos ofrece Covarrubias.
(56) Se refiere aquí Martínez a los blasones de la nobleza, como sinécdoque de los nobles protectores de las artes.
(57) Mantengo las cursivas en esta frase para indicar que, en algunos ejemplares (entre ellos el BNM1 que nos sirve de base), se encuentra redactada con abreviaturas, mientras que otros han desarrollado éstas plenamente, produciendo dos estados, como será habitual en todas las variantes del libro. Aquí, leen de manera distinta, entre otros, BPT1 y BNM3. Vid. el capítulo dedicado a los problemas textuales.
(58) discurso: "vale también reflexión sobre algunos principios y conjeturas, y sospecha o imaginación que se forma en virtud de ellas sobre alguna cosa" (Aut.).
(59) Las cursivas obedecen al mismo motivo que en la nota 57.
(60) Ocurre aquí lo mismo que en la nota anterior, pero en este caso la variante es más significativa, pues a la lectura que ofrecemos se opone la siguiente: "sabese que desde sus cimientos".
(61) Hay un deseo de asimilar el aspecto físico de Toledo (península en medio de la hoz del Tajo), con el de España o, más bien, con el de toda la península ibérica. Se razona así el hecho de que Toledo haya sido siempre "cabeça de toda esta península". Sobre este último aspecto ver la nota 16 en el prólogo al lector.
(62) seca: "el temporal en que no llueve, tomando la causa por el efecto, que es secar y esterilizar la tierra" (Aut). Tal vez se refiera Martínez a la sequía posterior al diluvio.
(63) sobervia: 'soberbia', "se toma también por el excesso en la magnificencia, sumptuosidad o pompa, especialmente hablando de los edificios" (Aut.).
(64) Desde antiguo, la iglesia toledana (representada en la catedral) ostentó el título de 'primada', aun antes de existir con su actual edificio. Así lo atestigua Alcocer: "...los quales [los reyes godos] la yllustraro [sic], ensalçaron y engrandeciero [sic] mucho, assí como yglesia Metrópolis y primada de las Españas..." (Pedro de Alcocer, op. cit., fol. XCVIII vto.).
(65) En el otro estado de este cuadernillo se lee, por error, "se edrivaron" (BPT1, por ejemplo).
(66) Para estas hiperbólicas fundaciones toledanas, vid. las notas 20 y 23, en el prólogo al lector.
(67) El otro estado de este cuadernillo lee: "ilustre y noble que aqueste" (BPT1, BNM3, vgr.).
(68) Alude al episodio de la pérdida de España, relacionado con las leyendas del Palacio Encantado de Toledo y la Cueva de Hércules, a las que nos hemos referido arriba, en la nota XYZ del prólogo. El quiebro que hace Martínez puede llevar a pensar que los godos eran originarios de Toledo. Sigue el mismo tono señalado en la nota 66.
(69) reparo: "qualquiera cosa que se pone por defensa o resguardo" (Aut.). Los de cuenta: "gente o persona de cuenta, es lo mismo que gente o sujeto de distinción, suposición, grado o autoridad" (Aut.). Las casas fuertes fueron fabricadas para defensa de los grandes del reino, en los lugares citados. Así, las casas solariegas de Asturias, Vizcaya o Galicia fueron fundadas por los godos, según Martínez, lo mismo que toledanos.
(70) No hay ninguna constancia documental de que Eugenio Martínez escribiera continuación alguna de La toledana discreta. Sobre este tema ver el capítulo "Aspectos estructurales", en el estudio preliminar.
(71) Parece que lo más correcto sería suprimir el pronombre 'su', para una mejor comprensión de la frase.
(72) Este soneto está en la línea de la captatio benevolentiae, frecuentemente usada por Martínez en el poema. Es evidente que el autor defiende que su libro saldrá ganando por quedar bajo la protección del mecenas al que va dedicado, "la Imperial Ciudad de Toledo y su regimiento", a pesar de la pobreza que, a su juicio, tiene en cuanto al estilo.
(73) Simón Díaz recoge el nombre de esta dama como autora de este soneto, pero no le atribuye ninguna otra obra.
(74) quicio: "se llama metaphóricamente qualquier cosa en que se afianza, mantiene, assegura u de que depende otra" (Aut.).
(75) Como ocurre con la autora del anterior soneto, Damelo figura en la bibliografía de José Simón Díaz, exclusivamente como autor del presente texto.
(76) Belo: Fue un rey fabuloso de Asiria, de época muy remota, que, según la leyenda, fundó Babilonia y la habitó y embelleció con obras grandiosas. En época grecorromana se le considera también una divinidad. Con el nombre de Belo se conoce, también, al dios supremo del panteón babilónico.
(77) El antiguo esplendor egipcio crece, de forma especial, en torno a la ciudad de Menfis, posteriormente destruida y aprovechada, en parte, para construir con sus piedras El Cairo, símbolo del Egipto posterior.
(78) No existe en Francia ninguna ciudad con este nombre ni tenemos constancia de ningún personaje llamado Trebeta. Lugares franceses de nombre parecido son Trèbes, Tréveray y Trévérec. Tréveris es una ciudad alemana que permaneció bajo el dominio de los francos desde el 870, formando parte del Imperio Oriental Franco. Su historia fluctúa en torno a su pertenencia a Francia y a Alemania, básicamente. Su fundación se atribuye a un hijo de Nino (a su vez hijo de Belo). Ya había poblamientos antes de Roma. Hoy se sitúa en Prusia.
(79) La única relación que podemos establecer entre Damasco y Abraham se encuentra en el hecho de que éste emigró, por mandato de Yavé, a la tierra de Canaan, en la antigua Palestina, donde se ubicaba la ciudad de Damasco.
(80) Como es sabido, Minerva es la diosa romana que adquiere los atributos de la Atenea griega. En este sentido, hemos de entender aquí que se refiere a esta última, considerada por los atenienses como protectora de Atenas, y a quien dedicaron un templo, el Partenón. Era la diosa de la guerra y protectora de las artes y el saber.
(81) El real profeta es David, rey de Israel (s. XI a. C.), quien conquistó Jerusalén y la hizo capital de su reino.
(82) No existe ninguna relación entre los masagetas (tribu de la Escitia asiática) y Prusia, estado alemán. Sin duda hay una errata en este verso que confunde Prusia con Persia, pues esta última región del Asia antigua sí tiene relación con los masagetas, quienes derrotaron a las tropas de Ciro II el Grande, a las que se enfrentaron para evitar su expulsión de los territorios que ocupaban, al nordeste de Irán. Esta campaña bélica supuso la muerte de Ciro II, en el año 529 a. C.
(83) No existe ninguna relación entre Toledo y Apolo, por lo que hemos de entender aquí la presencia del dios con un sentido metafórico, tal vez para aludir a la luz (Apolo, como es sabido, se asociaba con el Sol), a la brillantez o luminosidad de la ciudad, motivada por su antigua historia.
(84) El número de los concilios que la iglesia celebró en Toledo es discutido por los historiadores. Fernando Jiménez de Gregorio afirma que "los concilios documentados son diecisiete, unos universales o generales (también llamados nacionales) y otros provinciales" (Fernando Jiménez de Gregorio, Los pueblos de la provincia de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII (población, sociedad, economía, historia). Tomo V. Toledo. Toledo, Diputación Provincial, 1986, p. 108). Por su parte, Antonio Martín Gamero analiza veintinueve que, de una forma u otra ha hallado citados, "entre impresos y desconocidos" (Vid. Antonio Martín Gamero, Historia de la Ciudad de Toledo, op. cit., pp. 419-442).
(85) En el original se lee "Alfonso, y Julián", facilitando, con la coma, el endecasílabo, que sería decasílabo con la lectura que proponemos. Por otra parte, al margen izquierdo de este último terceto se anota lo siguiente: "Tres santos arçobispos de Toledo", en clara referencia a los nombres de "Eugenio, Alfonso y Julián". Son, cronológicamente, tres prelados toledanos que alcanzaron, en efecto, la santidad. Eugenio II (+ 657), Ildefonso (arzobispo entre 657 y 667) y Julián (entre 680 y 690). Todos ellos nacieron en Toledo y tuvieron gran relevancia en los concilios del siglo VII y en la vida política del Toledo gótico. (Vid. Juan Francisco Rivera Recio, "Los arzobispos de Toledo en el siglo VII", Anales toledanos, III (1971), pp. 181-217.
(86) Fray Bartolomé Ordóñez, franciscano catalán, autor de la Vida y martirio de Santa Eulalia, poema en octavas reales, apellidado La Eulalia o Eulalidu, impreso en Tarragona, en la oficina de Felipe Roberto, en 1590.
(87) máquina: 'máchina', "metaphóricamente significa la phantasía u traza que uno idea u imagina para forjar alguna cosa" (Aut.). Concierto: "acuerdo, composición, avenencia, consonancia" (Cov., s. v. 'concertar').
(88) La ficción que crea Martínez hace proceder a los toledanos (y, por extensión, a los españoles) de los antiguos y míticos héroes troyanos.