Presentación
El Diccionari
Biogràfic del año 1966 incopora una pequeña entrada dedicada a Tomás Cerdà y
de la Tallada. En ella se indica que nació en Xátiva en los años cercanos a
1530, que se doctoró en derecho en la Universidad de Valencia, donde se
estableció, y que se jubiló en 1592, retirándose a sus posesiones del Cerdanet,
cercanas a Mislata. Desconocemos la fecha de su muerte. Pero si sabemos que tuvo
muy buenas relaciones en el gobierno de Felipe II, durante el cual perteneció al
Consejo Real, fue abogado de pobres y más tarde oídor fiscal de la Audiencia.
Esta vasta experiencia en el mundo judicial del estado español será uno de los
argumentos que reaparecen a lo largo de su obra Verdadero govierno desta
Monarchía, tomando por su proprio subjecto la conservación de la paz (1581).
Si la erudición que se esfuerza en mostrar no resulta suficiente para persuadir
al Rey, que valga por lo menos el contacto directo y cotidiano que durante 24
años había tenido de una realidad observada habitualmente desde las alturas de
la teología y la filosofía.
Aparte del libro
citado, Tomás Cerdà publicó otros textos, algunos de ellos en latín. El
Diccionari Biogràfic indica únicamente dos en castellano. Visita de la cárcel
y de los presos (1574) y Discurso en raçón de abreviar pleitos y que sean
muchos menos, así en lo civil como en lo criminal, y que no se cometan tantos
delictos (1613) Sus títulos concuerdan con el “subjecto” del primero
y es presumible que desarrollen aspectos incluidos en él. Sin embargo, el texto
que aquí nos ocupa es el Verdadero govierno desta Monarchía, tomado por su
propio subjecto la conservación de la paz.
No podemos decir
que este texto sea un ejercicio de retórica atractivo para lectores
acostumbrados a obras menos graves. Son frecuentes las desarticulaciones, los
períodos interminables y, sobre todo, las reiteraciones temáticas que tienden a
hacer del texto un tejido difícil de desplegar en la lectura. Pero, con todo, no
deja de ser interesante. En primer lugar, por las descripciones que hace de la
complejidad y funcionamiento efectivo del aparato judicial español. Un
historiador podrá encontrar en él, si bien no noticias particulares, por lo
menos descripciones generales que hablan de un sistema judicial extremadamente
complejo y que no cumple los objetivos esenciales de la justicia. En segundo
lugar, por adoptar la experiencia como punto de partida y como base legitimadora
de su discurso, El Verdadero gobierno... forma parte de esas obras que se
orientaron a “dar luces” al rey de cómo debería constituirse una entidad
política de carácter imperial que se rigiera por los principios que deberían
caracterizar a un príncipe cristiano. Con cierta diferencia. Al igual que lo
hace en el otro lado del mundo, en el Perú, el indio Guaman Poma de Ayala en su
Primer nueva corónica y de buen govierno, Tomás Cerdà de la Tallada
contrasta permanentemente los dos planos: el ideal de las disquisiciones
filosóficas y el de la realidad compleja, que se resiste a plegarse o
desenmascara las afirmaciones doctrinales, demostrando que los hechos rehuyen
los aparatos conceptuales que aspiran a cazarlos, pero también que podrían
llegar a ser aquello que niegan. En tal sentido, la obra de Tomás Cerdà se
propone trascender la injusticia percibida para alcanzar un sueño de justicia
que, claro está, debería estar cobijado por la figura del rey y los principios
cristianos.


