Verdadero govierno desta Monarchía Tomás Cerdán de la Tallada Editado por Belford Moré
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/97r/Capítulo octavo
Que de tener malos juezes se multiplican los pleytos en la república, y del mucho miramiento que debe ha ver en las eletiones
Y el bueno haze todo al contrario, que sigue las buenas determinaciones de las leyes, y las malas las haze buenas con su christiana intención y buenos medios sin hazer falta a su obligación. Porque, aunque el juez sea ministro y mero executor de la ley escrita {Sunt quada. 23. q 5. }, pero tampoco tiene obligación de poner en execución la ley, que de suyo es injusta /98v/ y mala {l. conuenire. de pact. dota. ff. las. in. si vnus § illud. nu. 4. ff. depact.}. De manera que el buen juez haze buenas las malas leyes y sigue las buenas y, por el contrario, el malo sigue las malas leyes, y aun las buenas haze malas y que tengan malos effectos. Como acontece a las abejas y a las arañas silvestres que, comiendo todas de una mesma flor, las unas produzen miel y las otras podre[1] y ponçoña. Y lo peor de todo es que como tiene vuestra vida y hazienda en sus manos, no le osáys descomplacer en cosa. Y él, como tiene hecha su determinación, en ver la ocasión haze la suya, y si no puede salir con ella, qué de puntillos[2], qué de dudas, qué de rodeos, qué de invenciones y qué de inconvenientes que saca, qué de /99r/ largas, qué de miedos, qué de blanduras y qué de palabras açucaradas y melosas que usa al parecer por salir con su intención, por engañar al litigante o por cansarle {Alex. ab Alex. geni. dier. lib. 5. c. 14}. Yo digo que me parece que un juez es como un ángel custodio para una república y el malo un demonio licenciado, que todo lo huella y desbarata y echa a mal. Y, por tanto, es muy necessario tener mucha cuenta con las elecciones que se hazen de personas para cargos que tengan administración de justicia. Pues va tanto en tener buenos juezes quanto en tener buenas leyes, pues está entendido que la ley de suyo es cosa muerta. Y, según dize el juriscunsulto Pomponio /99v/ {l. 2 § post originem de origi. iur], aprovecharía poco para la república tener buenas leyes y ordenanças, si no huviesse buenos hombres que las executassen. Porque a la verdad, según están los reynos, provincias y repúblicas proveydas de tantas leyes, estatutos y ordenamientos, y de tanta muchedumbre de libros y de letrados; y, tras desto, se vee tan poca o ninguna mejoría; y aun pluguiesse a Dios, por quien él es, que no se fuessen las cosas empeorando; más necessidad hay al día de hoy en tener en cuenta de proveer los cargos y prelaturas en hombres buenos y de buenos fines que de otra cosa, que es uno de los más principales medios para que se conserve /100r/ la paz en la república, atajando, por una parte, los pleytos y, por otra, castigando los delictos. Porque si el hombre es bueno, buen christiano, virtuoso, sin vicios, de buen exemplo, de buen ingenio y naturaleza, y justamente es buen letrado {a. l. vni § I. C. de iusti. codi comfirm.} y de larga experiencia en negocios, se ha de tener por cierto que hará bien su officio {Aunthen de iudi}. Y los súbditos, con el buen exemplo de los principales, es la presumpción que se deternán de cometer los delictos. Y con los buenos effectos que atajarán los pleytos, como se vee en los buenos predicadores que enseñan y reprehenden más con sus buenas obras y con su buen exemplo que con las buenas palabras, en imitación de Christo nuestro Señor /100v/, que primero hizo milagros e infinitas buenas obras y después enseñó {Actor. Apostolo. c. I.}. Porque si es assí que los hombres que tienen cargos públicos son como blanco para la saeta {c. qualiter el prim. de ac ensa}, a los quales los súbditos tienen ojo a sus costumbres y maneras de bivir, es bien cierto que assí en lo bueno como en lo malo seguirán las costumbres de los regidores {Glo. c. magna. verb. agit. de voto} y ellos las del rey; como es de los miembros que hazen el officio que la cabeça quiere. De donde nasció el proverbio que dize: ‘qual es el rey tal es el reyno’ {Ecel. 10. c. praecipue. II. q. 3}. Exemplo tenemos desto por lo que dixo Dios a Moysén en el Levítico {Levit 4}: si el sacerdote que es ungido pecare, hará que el pueblo sea malo y cometa delictos. Mu- /101r/ -cho han de mirar los que son cabeça del govierno y personas principales, en dar de sí luz con el buen exemplo y no humo con sus malas costumbres. Y muy circunspectos y bien mirados han de ser en lo que proveen los que están por consejeros al lado de los reyes y príncipes que miran las cosas de lo alto y dende lexos por no errar. Porque como vienen a sus manos las cosas del govierno que más importan no pueden errar en cosa que poco importe ni de poca qualidad. Y, aunque en su principio, quando se va haziendo la determinación, parezca que va poco en que alguna cosa tocante al govierno se determine más de una manera que de otra, co- /101v/ -mo las tales determinaciones se tienen por leyf como averiguadamente {l. fi. c. de legibus} lo son quando vienen a ponerse en execución, se vee el yerro ser tan grande que pone en admiración a los súbditos, puesto caso que en su principio no se echasse de ver. Como acontece a los que tiran al blanco desde lexos que, siendo lo que tuerce el arcabuz desde el ojo a la mira tantico, quando la bala llega a dar el golpe donde está el blanco, se parece ser el yerro de muchos palmos. Por donde se collige que los principes y reyes deven tener particular cuenta en las electiones de personas para perlados y juezes para cargos principales /102r/, porque errándose la electión, con ella se yerra y se produze de una vez todo lo que el tal elegido errare y hiziere de mal. No contentándose los príncipes todas horas de las listas y nóminas que de personas se les representan para ser proveydos, sin tener otra información aparte y de que sean personas que hayan provado bien en otros cargos, o en el exercicio de abogado por largo tiempo {a. In princi. Authen de. Iudi.}. Porque muchas vezes los que dan la lista tienen más cuenta con hazer buena obra al que nombran con proveerle de cargo que en proveer el cargo de persona, pensándoles satisfazer con la nue- /102v/ -va provisión lo que les han servido. Porque es averiguado y muy ordinario que pretenden los cargos hombres que si no se valiessen de medios serían muy olvidados, y otros que con merecerlos están muy descuydados dello, a lo menos de pretenderlo, usando de medios, siguiendo el dicho de San Pablo {Ad Hebr. 5}, quando dize que nadie debe tomarse cargo ni procurarle sin ser llamado. Exemplo tenemos desto en la divina scriptura {I Reg. 16}, quando Dios embió a Samuel para que eligiesse rey de Israel, que haviéndole presentado Isay[3], a quien havía sido embiado a Samuel, para que eligiesse en rey a uno de sus hijos, dize el texto que, haviéndole presentado /102v/ a Eliab uno de sus hijos, que (como dize la escriptura) era un hombre muy hermoso de rostro y de grande disposición, y después todos sus hijos, dixo Dios a Samuel que no tuviesse en cuenta con la hermosura del rostro de Eliab, ni con su grande disposición: “porque yo (dize Dios) no juzgo por los exteriores, sino por los intrínsecos del coraçón”. Y assí, estando descuydado Isay de David, el menor de sus hijos, que estava en el monte apascentando sus ovejas, le mandó Samuel que le traxesse ante sí. Y llegado que huvo David, mandó Dios a Samuel que ungiesse por rey de Israel a David, y assí ungió Samuel a David por rey de Israel en medio /103v/ de todos sus hermanos, siendo el menor y el más olvidado de todos ellos y que no havía sido presentado por Isay a Samuel. Y desta manera, hecha buena electión de persona que, demás de ser ingeniosa {Sapi. 8} y de doctrina, sea buen christiano {Psal. 2}, los quales como se lee en Ecclesiástico {Eccle.37}, con su sanctidad y buena intención veen más muchas vezes que muchos sabios muy hinchados. Se ha de creer que haciendo su devido officio, interponiendo en ello su diligencia y buenos medios, enterándose curiosamente de los méritos del processo; mirando y resolviendo con toda diligencia la disposición de ley escrita, mortificados, por una parte, /104r/ los cinco sentidos corporales y, por otra, abivadas las potencias del ánima con christiana intención y buenos medios, que atajarán las ocasiones con la prevención, de manera que haya menos pleytos en la república y que, por este medio, se conserve la paz entre sus súbditos, tan necessaria para el buen govierno desta Monarchía.
[1] “Podre”: “La sangre, materia o humor corrompido que tiene ò arroja de sí alguna llaga ò herida, ò el humor corrompido de qualquier cosa”. Diccionario de autoridades (1737). [2] El Diccionario usual de la Real Academia (1803) define puntillo como “qualquiera cosa leve o despreciable en que una persona nimiamente pundonorosa repara, ó hace consistir el honor ó estimación”. [3] Aunque el episodio bíblico aquí recogido coincide en términos generales con las versiones de las Biblias actuales, el nombre de Isay no aparece en ellas. En su lugar, el padre de David recibe el nombre de Jesé. Ver, por ejemplo, La santa Biblia. 3ª ed. Madrid: Ediciones San Pablo, 1988, p. 302 o Samuel, c. 16.
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